Formula Rally Magazine nº9 - Julio 2016 | Page 93

Era una época realmente dorada para Marlboro. La imagen que se estaba dando en el mundo del motor era la esperada. En la Fórmula 1 se pasaba delos éxitos mediáticos de James Hunt a las leyendas que conseguían título tras título en manos de Niki Lauda, Alain Prost o Ayrton Senna, todos ellos en el equipo McLaren, aunque otros equipos como Alfa Romeo también recibieron cierto apoyo. En el Mundial de Motociclismo llegaban éxitos parciales con los equipos MV Augusta y Yamaha. En Australia no se hablaba de otra cosa que de el equipo Holden Dealer Team con su publicidad de Marlboro, matrimonio presente en el campeonato de turismos V8 durante diez años... Si acaso, la única asignatura pendiente era la del Mundial de Resistencia y su prueba estrella, las 24 horas de Le Mans, ya que en dicho periodo el equipo Porsche oficial poco menos que arrasaba, y el patrocinador principal era... Sí, era Rothmans. Tan sólo una participación con uno de esos Porsche 956 del equipo satélite Joest Racing acabó con una buena tercera posición tras dos de los tres coches de fábrica. Con el final de los Grupo B y la entrada de los Grupo A, la filosofía de los rallys antiguos comenzó a desaparecer. Los pilotos especialistas empezaron a dejar paso a los que iban bien en todo tipo de superficies, por lo que poco a poco fue haciéndose más necesario el dejar de centrar los esfuerzos en esos pilotos que sólo iban bien en los rallys duros y empezar a buscar a los nuevos. Aún así, estos apoyos al Rally Safari y al Rally de Argentina se mantendrían durante toda la década de los ochenta, concretamente hasta 1990, mientras que el Costa de Marfil lo perdería un año antes, algo de lo que no pudo recuperarse, y, sumando a ello sus bajas inscripciones y su similitud con respecto al rally keniata, fue poco a poco relegado y acabó desapareciendo de los calendarios mundialistas. 93