pasadas vieron cierta falta de seguridad al rodar participantes muy seguidos y ordenaron el reducir estas
vueltas a una vuelta y media (es decir,
entrar en el bucle, una vuelta completa y la salida de este). Por eso mismo
y por la gran afluencia de público esperado para esta edición, las medidas
de seguridad en todos los puntos del
recorrido fueron extremas, haciéndose mucho incapié en que la seguridad
era lo primero si se querían tener más
ediciones. Y todo hay que decirlo, el
público, salvo rarísimas excepciones
de aquellos que no saben ni comportarse en su propia casa, fue un ejemplo de lo que todos conocemos como
buen aficionado, dejando claro que
cuando el respetable responde no hacen falta grandes medios para organizar una prueba.
Esperemos que estos hechos hayan
llegado a los oídos de dichas autoridades y que en futuras ediciones tengan
al Trasmiera como una prueba seria
(que es lo que realmente es) y no como
una concentración cualquiera en la
que la seguridad es insuficiente.
ESPERANDO AL 2017
Como no podía ser de otra manera, la
vuelta a casa después de ver lo que
volvieron a juntar los organizadores
(no pongo nombres por no dejarme a
ninguno) fue algo similar a lo que te
viene a la vuelta de unas vacaciones,
deseando que pase rápido este año
para poder vivir una vez más el “Espíritu Trasmiera”. Y no es para menos,
pues a cada año que pasa año que nos
vuelven a sorprender con mas y mejor
artillería en cuanto a coches clásicos.
¡Larga vida al trasmiera!
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