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En esa misma dirección, pero con más vehemencia, se expresó mediante Twitter, el sello Modern Love, basado en Manchester: “Púdranse los del Record Store Day y todos los pajeros que piensan que el evento beneficia a alguien independiente”, seguido de “Púdranse las plantas prensadoras allá afuera que convirtieron a los grandes sellos en su prioridad...esperando ver como la burbuja explota en un par de años”.
El problema no se evidencia solamente en el Reino Unido. Varios sellos de Estados Unidos se han quejado por tener que demorar los lanzamientos de diferentes ediciones no relacionadas con el Record Store Day.
Y finalmente, llegamos a las disquerías. Una opinión casi generalizada tiene que ver con la sobreabundancia de material. Las disquerías, intentando complacer a su clientela, realizan pedidos que intentan abarcar la mayor cantidad de ediciones posibles. Los clientes se comunican con los dueños de las disquerías, exigiendo que el día del evento tengan disponibles determinados títulos. Como los pedidos son no-retornables, muchas disquerías que no
llegan a vender todo el material encargado, se quedan con un porcentaje considerable de discos sin vender en sus tiendas. Y, cuando la fiebre del Record Store Day pasa, pocos quieren comprar esas ediciones especiales.
Otro problema tiene que ver con los precios de las ediciones especiales. La ansiedad generalizada que se evidencia en las largas colas de las disquerías durante el evento se
ve opacada por gente que se dedica a comprar estas ediciones para luego revenderlas a precios exorbitantes en Ebay o Discogs. El caso paradigmático involucró este año a Paul Weller, ex líder de la banda punk The Jam, quien se quejó publicamente en las redes sociales por la reventa de su single “Brand New Toy” y aseguró no volver a participar del evento: "Es una lástima porque, como ustedes saben, soy un gran partidario de las disquerías independientes pero la codicia de los revendedores haciendo dinero fácil a costa de fans genuinos es repugnante y va en contra de toda la filosofía del RSD. Había copias de mi single en eBay un día antes del Record Store
La disquería Sonic Boom en Seattle, EEUU, colmada de gente por el evento.