Financial Food (Junio 2018) FinancialFood 2018 junio | Page 5
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Además, casi una cuarta parte del con-
sumo de cerveza en España lo realizan
los turistas, fundamentalmente en los es-
tablecimientos hosteleros. De hecho,
prácticamente todos los visitantes ex-
tranjeros (99,5%) mayores de edad
beben cerveza durante su estancia en el
conjunto del país.
La mayoría de los que visitan España pro-
vienen de países con gran tradición cer-
vecera, como Reino Unido y Alemania,
atraídos, entre otras cosas, por una gran
oferta gastronómica, en el que el tándem
cerveza – tapa destaca como un gran ex-
ponente de la cultura mediterránea.
Por otra parte, el sector utiliza materia
prima nacional para la elaboración de sus
productos, para la que emplea la práctica
totalidad del lúpulo y malta cervecera
que se cultiva en el país. En 2017, se re-
colectaron alrededor de 600.000 kilogra-
mos de flor de lúpulo cultivada y 900.000
toneladas de cebada cervecera, de las
que se seleccionó el 75% para producir
más de 500.000 toneladas de malta.
En 2017, el empleo directo del sector se
situó en niveles similares a los de 2008
Bebida social
En España la cerveza es una bebida para
el encuentro social. Tomar una cerveza
en cualquier parte del país es sinónimo
de salir con los amigos a pasar un buen
rato, es parte del estilo de vida medite-
rráneo. Y es que los españoles no sólo
se limitan a beber la cerveza, sino que
viven y disfrutan con los cinco sentidos
este producto natural.
Con el objetivo de mantener la cultura
de saber vivir la cerveza, siguiendo unas
pautas de consumo mediterráneas, mo-
deradas y responsables; y para ayudar a
los consumidores para que puedan de-
gustar una buena cerveza en cualquiera
de los 270.000 locales de hostelería que
hay en España, la asociación Cerveceros
de España ha creado el mapa cervecero
español en el que se recogen algunos de
los nombres y formas más usados a la
hora de pedir una cerveza.
Así, la caña es el formato por excelencia.
Se puede pedir una caña en práctica-
mente toda España, pero no siempre
servirán lo mismo. Eso sí, siempre será
de grifo. De este modo, mientras que en
zonas como Madrid la medida del vaso
es de 200 mililitros, en otros lugares el
tamaño es superior. Así, si un vasco
quiere tomarse los 350 mililitros de una
caña vasca en Madrid, tendrá que pedir
un doble, que es la medida más parecida.
Por su parte, los castellanoleoneses sue-
len irse de cortos. En este sentido, en
provincias como Valladolid o Salamanca
la cerveza de grifo se sirve en vasos más
pequeños que el de la tradicional caña.
Éstos se conocen como cortos y normal-
mente su medida oscila entre 100 y 140
mililitros. No obstante, mientras que en
Galicia un corto es la caña de toda la
vida, en el País Vasco es mejor llamarlo
zurito y en Aragón, penalti.
Partiendo del hecho de que la caña de
200 mililitros es el formato por excelen-
cia, 400 mililitros debería ser la medida
oficial del doble, pero no siempre es así.
Para obtener 400 mililitros de cerveza,
por ejemplo, en el País Vasco, sería ne-
cesario pedir un cañón.
En lo que a la denominación de las bote-
llas de 200 mililitros se refiere, España
podría ser de Quinto o de Botellín,
siendo este primero el más popular en el
noroeste del país. Los dos nombres tie-
nen una explicación sencilla, se trata de
la botella más pequeña en la que se sirve
la cerveza (botellín) y es la quinta parte
de un litro (quinto). De las botellas ser-
vidas en hostelería, el tercio es la más
grande. La mayor parte de los españoles
es lo que piden cuando quieren que les
sirvan un tercio de litro de cerveza.
Ahora bien, en Asturias o Cantabria es
mejor decir una Media y en Cataluña,
una mediana.
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