Financial Food (Julio-Agosto 2018) FinancialFood 2018 Julio-Ago | Page 13

consumidores les ha unido. Así, el 67% de los internautas se informan a menudo o de forma sistemática en internet antes de comprar en una tienda. Aunque a los consumidores les han con- quistado todas las ventajas que caracte- rizan al comercio electrónico, todavía les gusta la simplicidad y la emoción de com- prar en el mundo real. Sin embargo, el consumidor desea mucho más que comprar. Quiere vivir una experiencia única y personalizada en la tienda, complementaria a la informa- ción que ha recabado en la página web o a través del móvil (comparación de pre- cios o consejos en las redes sociales). En el establecimiento no busca una am- plia oferta (eso ya lo puede encontrar en la web) sino que busca, ante todo, el consejo y la empatía de vendedores for- mados e informados, que escuchen de- tenidamente lo que quieren. Los clientes navegan sin fronteras entre el mundo digital y el físico y no conciben que la relación con la marca pueda variar entre el establecimiento, la página web o el servicio postventa telefónico. Sea cual sea el canal de contacto, el consumidor espera que la relación con la marca sea exclusiva, personal y que tenga en cuenta sus interacciones anteriores con la misma. El comercio electrónico no puede ofre- cer esta experiencia inmersiva y senso- rial que los clientes necesitan. Un hecho que está teniendo en cuenta el comercio minorista a la hora de reinventar sus tiendas hasta convertirlas en imperios de la experiencia, las sensaciones y las emo- ciones. Así, las marcas diseñan sus tiendas te- niendo en cuenta las innovaciones digita- “ El consumidor desea mucho más que comprar. Quiere vivir una experiencia única y personalizada en el establecimiento les y los servicios adicionales. Multitud de tiendas disponen ya de terminales 3D o interactivos, aplicaciones móviles y co- nexión wifi gratuita. El establecimiento es mucho más que una simple tienda y pasa a convertirse en un espacio dedicado a las emociones, a los cinco sentidos y a la diversión. Prueba de ello es también la tendencia y el éxito de las tiendas pop-up, esos estableci- mientos efímeros que teatralizan el uni- verso de la marca y proponen vivir una experiencia única alrededor de un nuevo producto o de la marca en sí misma. Las marcas completan la estrategia con un “enfoque servicial” y proponen a los consumidores servicios adicionales muy reclamados, aunque no estén necesaria- mente rel acionados con su actividad: café gratuito, acceso a un fotomatón o la per- sonalización de productos. Todos estos servicios están diseñados para facilitar y enriquecer el viaje del cliente. Como ocurre con el click and collect, que combina la sencillez del pe- dido en línea y la comodidad de una visita al establecimiento. Las marcas incluso fir- marán colaboraciones con empresas de Mercado instalaciones para entregar e instalar el producto directamente en el domicilio del cliente. Además, los dependientes se convierten en verdaderos “consejeros comerciales”. No sólo conocen todo lo que el cliente puede encontrar en la página web sino que saben utilizar esa información cuando aconsejan al cliente en tienda. “¿Hay algo peor para un vendedor que no poder atender al cliente que tiene de- lante con el Smartphone en la mano? Es todo un arte estar en tienda y saber pasar de lo digital a lo físico y al revés con un cliente impaciente o exigente”, explica José Luis Yuste, director de ope- raciones de Sitel Group. Las marcas lo han entendido y cada vez es más común ver que equipan a sus tra- bajadores con dispositivos (smartphones o tabletas) para que estén tan informa- dos como los consumidores. Este “de- pendiente conectado” debe poder acceder a todos los datos de la empresa (catálogo, existencias o entregas), así como al historial de cada cliente. Sólo así, podrá ofrecer una ayuda verdadera- mente decisiva y personalizada que, a cambio, generará un impacto determi- nante en los ingresos de los minoristas. Sin duda, las tiendas tradicionales se están convirtiendo en nuevos lugares donde los clientes van a vivir una expe- riencia y a buscar consejo, contacto hu- mano y el “placer de comprar”. Así, la “figitalización” del sector induce a una reorientación de las estrategias co- merciales y representa un desafío consi- derable en términos de crecimiento e incluso de supervivencia para las empre- sas. Los minoristas deben replantearse sus modelos de negocio para satisfacer al cliente final tanto en el establecimiento como online. financial food julio y agosto 2018 13