Ejemplos de su aplicación son: la comparación de dos o más tratamientos en la
reducción del dolor o en la disminución del colesterol o la tensión arterial.
En otras palabras, comparan dos
formas de llegar a un mismo
desenlace
Ejemplos de costo efectividad:
Inversión en monto de dinero por:
Infarto de miocardio evitado
Recaída de esquizofrenia evitado
Paciente con carga viral indetectable
Caso correctamente diagnosticado
Ejemplos más generales:
Muertes evitadas
Años de vida ganados
Un ejemplo es la profilaxis de
náuseas
y
vómitos
postoperatorios
entre
el
droperidol, la metoclopramida
y el ondansetrón. En el caso
del ondansetrón, al principio
estaba limitado a la prevención
de los efectos secundarios de
la quimioterapia, pero la
demostración de su efectividad
permitió que se aprobase su
uso en Anestesiología.
Otro escenario es la comparación de un fármaco genérico contra uno de
marca. En el contexto quirúrgico un ejemplo sería la comparación de costos
entre dos esquemas luego de una cirugía de bajo riesgo (ambulatoria vs
paciente hospitalizado), teniendo en cuenta que el desenlace clínico no
cambiaría para ninguno de los dos grupos. Su principal limitación es la falta
de estandarización.
Pero ¿Cuándo realmente es efectiva una alternativa de tratamiento escogida?
En este punto la Organización Mundial de la Salud OMS afirma que una alternativa
es muy costo-efectiva para un país si tiene un valor igual a 1 PIB per cápita y costo
efectivo si fuese igual a 3 PIB per cápita.