Falmed Falmed Educa - Año 04 - Nº9 | Page 19

REPORTAJE 19 FalmedEduca como de los médicos, que saben que cuentan con su apoyo en caso de personas descompensadas emocionalmente. Actualmente, si bien dan apoyo a todo el hospital, se dividen en las zonas más complejas: Servicio de Urgencias, Quemados, Unidad del Paciente Crítico y Médico Quirúrgico Indiferenciado. Claudia Pinto es la psicóloga de enlace del servicio de Urgencias. Le corresponde dar apoyo a las familias cuyos pacientes se encuentran en el Reanimador, vale decir, aquellos con riesgo vital inminente. Al lado, en la sala de Enlace, prepara el ambiente, contiene y gestiona información. Si bien es el médico quien entrega la información médica, los psicólogos la facilitan. “Se va formando equipo con los médicos porque está demostrado que vincularse con la familia en un momento tan doloroso y acompañarlos hace que también se facilite el trabajo de ellos. Es tranquilizador para el médico saber que la familia va a estar acompañada porque no pudo quedarse todo el tiempo que quería porque hay otras urgencias”, observa la profesional. Denisse Teillery es otra de las psicólogas del HUAP. Desde su mirada, es necesario reconocer que este tipo de noticias escapa a los protocolos, sin embargo acompañar a la familia en ese momento hace una gran diferencia. “Creo que ahí hay una tarea que es entregarle respeto y dignidad a la persona que está consultando. La visión que tiene la familia respecto del hospital cambia completamente porque llega una persona que está dedicada especialmente a auxiliarla. A la familia también le sorprende. Se produce una relación genuina mutua”, manifiesta. El Dr. Figueroa considera que la comunicación con la familia es un desafío continuo, que debe abordarse por el sistema de salud en su conjunto. Desde su experiencia, recuerda la importancia de recurrir a un pariente para la toma de decisiones más complejas. “La comunicación con la familia es un reto que se agudiza en un contexto de un servicio de urgencias. Se hace necesario desarrollar la capacidad de empatía del médico y generar también la organización de la información. Con un paciente grave tienes que tomar decisiones claves y es importante identificar un familiar con capacidad para hacer de tutor para recibir las malas noticias”, precisa. Buscar un aliado o facilitador en la familia Según las cifras de Falmed, los familiares recurren a la justicia tanto como los propios pacientes. Según ha observado el abogado Pedro Pablo Hansen, subjefe del Departamento Jurídico, los parientes tienen un papel clave pues no sólo opinan durante una atención, sino también después y pueden alentar reclamos incluso cuando los pacientes no estén de acuerdo. “Pasa que los pacientes le explican al médico que ellos no tienen nada en su contra pero que la familia insiste en que esto no puede ser así. La familia se involucra”, sostiene. Desde el punto de vista jurídico, quien es dueño de la información es el paciente. “De ahí vienen las excepciones, discapacidad intelectual, emocional, menores, los que están en una urgencia, ahí debe intervenir un tercero”. Añade: “hay que incorporar a la familia cuando va en beneficio del propio paciente. Me comunico con tu pariente porque él va a colaborar con tu tratamiento, no porque él tenga el derecho a saber”. La Ley de Derechos y Deberes es clara en que la información es un derecho del paciente. Es por eso que la sugerencia tanto desde lo ético como desde lo legal es que los médicos eviten la conspiración del silencio, explicando a la familia los costos de no decir la verdad. “Parte importante de la recuperación de un paciente se puede ver beneficiada con la red de apoyo con que cuente y por lo mismo, generalmente podrá beneficiar al tratamiento que el médico indique la presencia de otras personas afectivamente significativas, que ayuden en ese sentido. Será el mismo paciente quien irá eligiendo de quién recibir ese apoyo”, asevera el Dr. Roizblatt. Por su parte, el Dr. Eduardo Welch, director de Falmed, destaca la necesidad de buscar consensos con la familia. “El médico debe ser cauto, prudente y buen observador para establecer vínculos útiles con alguno o varios de los integrantes de la familia. Es difícil lograr el justo equilibrio, que la familia opine toda en la misma línea, pero debemos tratar de obtener sino el consenso, la mayor aceptación”, enfatiza. La judicialización de la medicina provoca desconfianza entre médicos, pacientes y familiares. Incorporar la participación de la familia en la toma de decisiones debe ir en beneficio de los propios pacientes y puede ayudar a recuperar las confianzas, fortaleciendo la humanidad en el trato y construyendo vínculos más fuertes.