Falmed Edición Especial 02: Emoción y Razón | Page 34

34 OPINIÓN FalmedEduca LA VIRALIDAD DE LAS NOTICIAS FALSAS L a población mundial se estima en más de 7.500 millones de seres hu- manos sobre la tierra. A principios de 2017, Facebook superó los 1.800 millones de usuarios globales. Con estos dos datos y engrosando las co- sas, podríamos decir que uno de cada cuatro humanos tiene una cuenta de Facebook. Y la red so- cial sólo tiene 10 años de exis- tencia. Pese a lo tosco de este ejercicio numérico, el enorme y explosivo crecimiento de esta red social nos permite afirmar un punto: ningún fenómeno cul- tural en la historia de la huma- nidad ha tenido una expansión como este. Facebook tiene varias particularidades que vale la pena analizar. La primera es la revolucionaria posibilidad de pu- blicar. Hasta finales del Siglo XX, y un poco antes de la llegada de las redes sociales, la publicación –es decir el ejercicio de expresar en la opinión pública una idea- era un privilegio sólo disponible para aquellos que podían acce- der a los medios de comunica- ción. De acá la idea del “cuarto poder” de los medios, el que no sólo habla del “poder” publicar, sino también de la responsabi- lidad que conlleva hacer visible para todo el mundo una idea. Por supuesto que no fue Facebook la primera herramienta en hacer alcanzable la publicación, pero es preciso indicar que su con- cepto fundante se sostiene en este ejercicio: el principal conte- nido de esta red social es aquel que generan los usuarios. Esto ya lo hace distinto a cualquier otra forma mediática conocida. En segundo lugar, Facebook invierte la relación espectador-espectáculo que caracterizó el desarrollo de las industrias culturales durante el Siglo XX. Ya no somos el es- pectador que observa impotente ante la pantalla, sino que en esta red social somos protagonistas Juan Pablo Muñoz A. Periodista jefe de Falmed. de nuestro propio espectáculo y nuestros amigos y familiares son el elenco secundario de esa historia. Es decir, no sólo hay una revolución en el hecho de publicar, sino también en publi- car sobre nosotros mismos, esto es lo que hacen las redes socia- les, mediatizar una realidad que antes permanecía adormecida y oculta. Nos hacen protagonistas de un relato mediático. Hasta ahí el modelo de desarrollo de Facebook se pa- rece a otras redes sociales que también han tenido un creci- miento importante: Youtube, Twitter, Instagram. Sin embargo, las hábiles mentes de Facebook comprendieron tempranamente el fenómeno de la “burbuja” que se produjo en la fiebre electró- nica estadounidense. Todo en Internet es líquido, por lo que tan rápido como explota un fe- nómeno, puede este desapare- cer. Es el destino de otras redes sociales que lograron inscribir millones de usuarios, pero que terminaron cayendo en desuso al no renovar su promesa inte- ractiva con los usuarios. ¿Cómo enfren- tó Facebook este problema? Buscando fidelizar a sus usua- rios, hacerse atractivos y adic- tivos: pusieron al centro de su