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¿Cómo estamos en materia
ambiental?
2. Minería.
La minería en Colombia ha existido desde tiempos prehispánicos, y aún hoy es el
medio de subsistencia de miles de familias que la han ejercido ancestralmente. El
último censo minero realizado en el país arrojó que la explotación de materiales de
construcción representa el 47% de la actividad minera nacional (canteras), seguido
por el oro con un 29% y el carbón con un 19%; otros minerales representan solo el
6% del número de minas en Colombia. De igual forma, este mismo estudio encontró
que el 63% de la minería en el país se hace en zonas sin titulación. Según la
Asociación Colombiana de Minería en 2016 el 80% del oro era extraído de esta forma
con graves impactos socio-económicos y ambientales. En 2014 se perdieron 24.450
hectáreas de selvas por explotación minera ilegal, de las cuales el 77% fueron en el
Chocó (UNODC, 2016). Se ha buscado diferenciar la minería informal tradicional de
la criminal, donde la primera la hacen grupos pequeños con recursos limitados y
métodos de bajo desempeño, y la segunda vinculada con grupos armados o
delincuencia organizada que, aunque disponen de medios para cumplir la ley, no lo
hacen. Por otro lado está la minería legal en diversas escalas, donde predomina la
extracción de carbón, oro, esmeraldas y ferroníquel, entre otros.
Cada situación requiere de un tratamiento específico y de consideraciones
particulares para su manejo. Para la minería a gran escala el país tiene un gran reto
que es cumplir bajo parámetros muy precisos en dónde se puede hacer minería, en
dónde no se puede hacer definitivamente y cómo cumplir en ambos casos.
Los intentos por ponerle orden a la minería informal, por ejemplo con el Plan de
Ordenamiento minero propuesto por la Unidad de Planeación Minero Energética
(UPME), no han logrado brindar seguridad y confianza a todos los actores implicados.
El Código de Minas (2001) vigente y demás instrumentos jurídicos no se ajustan a la
realidad de las regiones, en especial porque los diferentes requerimientos exigen
considerables recursos económicos y condiciones técnicas que imposibilitan a los
pequeños mineros cumplir a cabalidad con el proceso.
La fuerza de la esperanza.