circunstancia era por demás oportuna para Echeguren. Sus
decisiones prohibitivas habían logrado la revocación del destierro
del Obispo. Por tanto, la carta se escribió bajo la impresión
de un triunfo logrado sobre el Gobierno. Múgica estaba ya en
España como obispo de Vitoria. Para entonces, incluso se había
comenzado la detención de videntes por parte del Gobierno Civil
de Guipúzcoa. La política de la menor información y la táctica de
no dar importancia oficial al caso puede explicar las actuaciones
públicas del Vicario. El silencio ante la Nunciatura debe explicarse
también por el «caso Echeguren» del secuestro de los documentos
del Cardenal Segura. El hecho es que con la mayor premura, el
Vicario General envió una información completa a la Nunciatura.
Al redactar su informe Echeguren se muestra de un talante
completamente distinto. Escribe con soltura y buena memoria
todos los detalles de las apariciones de Ezkioga, desde el comienzo
hasta el día de su relato. En el entusiasmo con que compone su
informe se delata el cambio emotivo provocado por la vuelta del
Obispo a España, como recompensa por su actuación contra
Ezkioga. Desde esta perspectiva, abre su corazón al Nuncio con
la seguridad de que sus palabras contribuirán a destruir el mito
de Ezkioga.
La importancia de la documentación es grande. Echeguren se
sentía seguro de la metodología empleada, que le había dado como
resultado la recompensa del retorno del Dr. Múgica a España.
Por eso todo el documento es un alegato para desprestigiar las
apariciones de Ezkioga.
La información que da el documento enviado a la Nunciatura
empieza por ignorar los nombres de los dos primeros niños
videntes, de los cuales da una edad inexacta. Su valor singular
está en el detalle de las informaciones. Es la primera información
oficial, seria y completa, sobre los sucesos de Ezkioga. Es
interesante la constatación de que existía en Ezkioga un primer
grupo de videntes, diferente de otro que le siguió. Atribuye a ese
segundo grupo el origen de las profecías sobre España. No puede
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