13-Las filmaciones del P. Laburu
El argumento científico más fuerte contra la verdad de Ezkioga
se atribuye a las filmaciones realizadas por el jesuita P. Laburu
en Ezkioga, desde octubre de 1931. Para tener una idea exacta
de las actuaciones de este máximo objetor de Ezkioga, hay que
distinguir en ellas dos tiempos distintos. El primero es el de la
iniciativa puramente personal, por la curiosidad que despertaron
en él los fenómenos de Ezkioga. Pero desgraciadamente no le fue
dado observarlos genéticamente y desde el principio, de modo
que le faltó para su estudio la secuencia fundante de la primera
semana de las apariciones. En efecto, consta que se presentó por
primera vez en la Campa, el 17 y 18 de octubre, a los dos días de
la falsa estigmatización de Ramona. El segundo tiempo responde
al encargo de parte de la Diócesis de Vitoria para convencer a
los seguidores de Ezkioga, de la falsedad de las apariciones. El
Vicario General le había adoctrinado sobre lo que debía enseñarse
acerca de Ezkioga y las visiones de la Campa de Anduaga. Todo era
superchería y falsedad. El medio más adecuado para demostrarlo
era exhibir las filmaciones de las visiones mismas, para poner en
evidencia la superchería y la seudomística que las animaban. El
éxito superó todas las previsiones. Pero las charlas científicas del
P. Laburu no convencieron a todos. Muchos se resistieron a dar
por falso todo lo que personalmente habían vivido en Ezkioga. Por
eso la popularidad de las charlas de Laburu dejaba en los oyentes
una especie de «sin sabor» escéptico, imposible de expresarlo en
términos claros. Tras oír sus exposiciones quedaba en muchos
la convicción de fondo de que no todo lo que decía el P. Laburu
respondía a la realidad de Ezkioga.
Las autoridades eclesiásticas dieron gran importancia a las
aportaciones de Laburu. De ellas habla Echeguren en su informe
al Nuncio, y el Obispo Múgica en su informe al Santo Oficio, y en
la Pastoral condenatoria.
Es obligado confesar que en el asunto de las pruebas de Laburu
contra Ezkioga hay un grave sofisma. Laburu nunca filmó ni las
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