EZKIOGA A.M. Artola, CP | Page 36

neurosis y de histeria mística». Pero es una realidad que en Ezkioga se habló mucho y muy en serio sobre la guerra civil entre católicos y no católicos, y se describieron escenas muy sangrientas de dicha guerra. Son particularmente graves las palabras de Patxi Goikoetxea41. El problema está en la interpretación de estas escenas. Aunque se trata de visiones generalmente alucinatorias, no se pueden rechazar tales descripciones, a priori, como falsas o meramente fantasiosas. Como sucedió con el falso profeta Balaán (Nm 22, 22-30), puede el Señor manifestar sus designios verdaderos por medio de un falso profeta. Como también sucedió en las palabras malintencionadas de Caifás sobre la muerte de Jesús (Jn 11, 10-12). Las palabras de los visionarios de Ezkioga resultaron verdaderas, porque se abatió sobre España una terrible guerra. El problema está en discernir si tales visiones provienen de la Virgen o se deben a profundas intuiciones naturales de lo que está por venir. El tono vengativo odioso, la actuación de la Virgen, poco digna de su misión de Madre misericordiosa de los hombres, parecen persuadir que los hechos percibidos en tales visiones son reales, pero su origen no es directamente divino ni sobrenatural. Estos textos son, francamente, de lo peor de las visiones de Ezkioga, y se ha de excluir de ellas un carácter de visiones verdaderas. «Nuestra Señora le había hablado durante mucho tiempo y le había dicho muchas cosas que no les iba a revelar entonces sino en el futuro. Estaba rodeada -dijo- por 25 ángeles vestidos de blanco y azul con espadas desenvainadas. Cerca de ella, estaba San Miguel Arcángel ofreciéndole una gran espada chorreando sangre. Nuestra Señora, que iba vestida de «Dolorosa», limpiaba la sangre de la espada con un paño blanco. Me dijo -explicó Francisco Goicoechea- que iba a haber una Guerra Civil en el País Vasco entre católicos y no católicos. Al final los católicos, tras sufrir severas pérdidas en bienes y hombres, triunfarían con la ayuda de los 15 ángeles de Nuestra Señora»... (Walter STARKIE, Spanish Raggle-Taggle. pp. 134-136). Esta visión, en el fondo, es de misericordia. San Miguel presenta a la Virgen una espada ensangrentada, y ella limpia la sangre. En otras visones más numerosas, las espadas se presentan como armas hostiles, manejadas con espíritu de venganza. 41 37