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Esta articulación también cubre diversos componentes del currículo: los programas escolares, la
organización del aprendizaje, los métodos de evaluación del desempeño de los alumnos, los libros de
texto, la formación de los docentes...
La visión curricular comprehensiva busca poner estos componentes en coherencia entre sí.
Este carácter coherente intenta conseguir una mayor eficacia en los currículos.
Encontramos así en el enfoque comprehensivo de estos tres pilares en que se basa todo el currículo y
cada novedad: pertinencia, eficacia y equidad.
2. Las competencias bajo el microscopio
2.1. Conceptualizar la competencia y modelar sus diferentes significados
Aclarar la terminología para propósitos funcionales y no teóricos
Hay un gran número de categorizaciones de competencias, basado en bases más o menos fundadas:
competencias transversales, competencias de organización, competencias funcionales, competencias
psico-emocionales, competencias básicas, competencias disciplinarias, competencias esenciales...
Hay un gran número de adjetivos para describirlas.
Pero no son los adjetivos lo que importa. Lo que es importante es tener una buena entrada
conceptual para la categorización, en función de un objetivo que se da. Dado que el objetivo de este
documento es aclarar una serie de aspectos relacionados con la evaluación de la competencia en la
escuela, el marco conceptual tiene la intención de avanzar hacia este objetivo.
Dos aclaraciones
De entrada, se formulan dos aclaraciones.
1. En primer lugar, cuando se habla de la competencia, nos situamos en el punto de vista del
estudiante: la competencia se refiere a algo que el estudiante debe dominar. Por lo tanto, no refleja
lo que el docente debe hacer: "Despertar a las diversas corrientes literarias" es la acción de un
docente, lo que no explica qué debe poder hacer el alumno con dichas corrientes literarias.
2. Una competencia no evoca, además, una actividad que lleva a cabo el alumno durante el proceso
de aprendizaje: "Explorar su entorno" no es una competencia, no más que "Descubrir las funciones
del segundo grado". Una competencia evoca una cualidad adquirida por los estudiantes, un potencial
de pensamiento y acción, que cuida y mantiene.
Múltiples usos
Para asegurar la homogeneidad en las declaraciones de las competencias, sin embargo, no es
suficiente disponer de una declaración formulada desde el punto de vista del alumno y que
represente una cualidad que puede reinvertir. Más allá de este requisito mínimo doble, todavía hay
diferencias en el diseño de una competencia. ¿Hay que preocuparse por encontrar en un documento
una mezcla de diferentes diseños de una competencia? No importa mientras no nos salgamos de las
intenciones, a nivel de una política educativa. No es un problema, en un documento de política,
encontrar al lado las dos declaraciones "El estudiante debe poder expresarse fácilmente en la
segunda lengua" y "El estudiante debe ser autónomo". Pero cuando uno quiere introducir el
aprendizaje en estas declaraciones y evaluarlo, es decir, cuando se trata de pasar a la práctica en el
aula, es necesario identificar cuál es la función de cada declaración.
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