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53% hasta 70%; de acuerdo a nuestras estimaciones es probable que hacia 2015 la tasa bruta de matrícula en educación preprimaria prome- dio regional llegue a un 77%. Para poner el avance de los países de América Latina en el contexto internacional, realizamos una serie de análisis de regresión múltiple, intentando estimar si en el periodo 2000-2010 la región –como conjun- to– avanzó más o menos rápido que el resto de los países del mundo; para ello, ciertamente, controlamos por un conjunto de variables de ca- racterización relevante de los países, incluyendo el ingreso per cápita, su nivel de urbanización, su composición demográfica, entre otras (los detalles de los principales resultados se pueden consultar en el anexo 2). Nuestros hallazgos indican que, en promedio, entre 2000 y 2010, los países de América Latina y el Caribe aumentaron su tasa neta de matrícula en educación preprimaria casi 18 puntos porcentuales más que el resto de los países del mundo, controlando por características relevantes. Dado que este “avance estimado” es de hecho superior al efectivamente observado en la región, esto sugiere que los países lati- noamericanos han estado haciendo un esfuerzo significativamente ma- yor que el resto del mundo en expandir este nivel educativo. Discusión Política Existe consenso en que proveer una atención y educación en primera infancia de calidad es una tarea compleja, pues asegurar el desarrollo, crecimiento y aprendizaje de los niños implica atender distintas dimen- siones de su desarrollo –desde el nacimiento hasta el inicio de la edu- cación primaria– en contextos formales e informales (UNESCO, 2007a). Consecuentemente, el cuidado y la educación tempranas requieren la coordinación de variados actores que provean estos cuidados: familia, vecinos, instituciones públicas y privadas, ONGs, y las propias comu- nidades. De esta manera, abordar este objetivo desde las políticas pú- blicas requiere involucrar a los distintos sectores que intervienen en promover el bienestar integral de los niños, considerando al menos la salud, la educación y el ambiente en el que se desarrollan como áreas primordiales de inversión. Una complejidad adicional es que estas po- líticas deben combinar servicios de atención directa a los niños con programas de apoyo que mejoren las condiciones y capacidades de los distintos actores que interactúan con ellos a diario, especialmente las madres y otros cuidadores, a fin de compensar las desventajas de 52