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el bienestar infantil. Desafortunadamente, existe muy poca información
sobre los programas de cuidado de los niños que en esa edad pasan
parte del día fuera de su hogar.
Las condiciones de vida y salud de la infancia temprana en América
Latina y el Caribe mejoraron de manera importante durante la década
pasada en la mayor parte de los países. Además de la baja en la pobreza
antes mencionada, esto se puede observar en la disminución de la tasa
de mortalidad infantil de los menores de cinco años, que pasó de alre-
dedor de 42 por mil a inicios de la década anterior, a 28 por mil hacia fi-
nales de la década en promedio, variación comparativamente positiva al
tomar en cuenta las otras regiones del mundo. Ahora bien, más allá de la
sobrevivencia, persiste en la región una importante proporción de niños
que sufren de mala nutrición y experimentan un crecimiento retrasado
para su edad: en promedio, hacia el 2010 el 16% de los niños menores
de cinco años presentaba raquitismo moderado o grave (la malnutrición
grave afectaba en 2010 en promedio al 3% de los niños menores de cin-
co años de la región, proporción que era 4,8% en 2000). Es importante
notar que estos indicadores de calidad de vida de la infancia temprana,
aunque se asocian en general con el nivel de ingresos de los países,
están lejos de explicarse completamente por ellos, especialmente entre
los países de ingreso bajo y medio; por ejemplo, las tasas de raquitismo
moderado o grave en Perú son muy superiores a las de Jamaica, un país
de similar ingreso per cápita, y aun superiores a las de Nicaragua, cuyo
ingreso per cápita es muy inferior al de Perú.
En cuanto a las oportunidades educacionales de los niños de 3 a 6 años,
en términos generales los países de América Latina y el Caribe han avan-
zado lentamente en expandir el acceso de los niños pequeños a la edu-
cación preprimaria. En efecto, el promedio regional de la tasa neta de
matrícula en educación preprimaria aumentó desde un 55,5% en 1990
a un 66% en 2010; esta tendencia positiva se observó –aunque con
importantes variaciones– en 22 de los 26 países para los que se cuenta
con datos comparables.
En la región se constata una enorme heterogeneidad de situaciones en
esta materia, la cual abarca desde un grupo de países con cobertura pre-
primaria alrededor del 90% hasta otros con cobertura en torno al 40%.
Dado que esta variabilidad no se vincula mecánicamente con el nivel de
recursos de los países, es probable que ella refleje la diferente priori-
zación que diferentes sociedades han dado a un ciclo educacional tra-
dicionalmente no considerado como parte de la educación obligatoria.
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