Evangelista N°04 pdf | Page 18

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LA PASIÓN DEL EVANGELISTA...

MÁS QUE UN SENTIR, UN DESESPERO. EN EL ESPÍRITU.

Por Leandro Parulla.

TERCERA CONFERENCIA DE EVANGELIZACIÓN. SEGUNDO MENSAJE.

HACIENDO FIRME VUESTRA VOCACIÓN.

En la edición anterior estuvimos meditando acerca de la experiencia de cómo hemos recibido y llegado al llamado de Dios, dándonos él su salvación y camino de nueva vida en Cristo. Ahora bien, a medida que vamos avanzando no solo en meses y años dentro de la congregación a la cual asistimos, sino sobre todo en experiencias de vida como cristianos que somos, tenemos la necesidad de alcanzar la madurez y comprensión de lo que implica ser llamados por Dios para ser siervos suyos en todas las áreas de nuestras vidas.

El Apóstol Pablo nos da una reseña de exhortación en amor acerca de esto en Efesios 4:1 diciendo: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andeis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.”

"Tenemos la necesidad de alcanzar una madurez y comprensión de lo que implica ser llamados por Dios".

Así como también el Apóstol Pedro en su segunda carta en el capítulo uno y verso diez dice: “Por lo cual, hermanos, tanto mas procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.” Si bien sabemos que Dios nos ha llamado conforme a su propósito y en su gracia (2ªTimoteo 1:9) también tenemos esta responsabilidad de hacer firme nuestra vocación y elección, no sólo por la necesidad en nosotros mismos de

experimentar la voluntad de Dios sino por muchos que se pierden y no conocen a Dios.

No hay privilegio más elevado para el hombre en esta tierra que conocer el llamado y propósito del Dios creador de todas las cosas. Hoy como miembros del cuerpo de Cristo y estando en los tiempos finales de esta humanidad debemos afirmar y declarar no sólo de palabras sino en hechos de que somos Hijos de Dios, miembros del Reino de los Cielos llamados a dar a conocer la verdad del evangelio de Jesucristo a toda criatura.

Amados hermanos, pensemos un instante, la palabra de Dios dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Este pasaje es tan conocido como citado cuando nos alentamos los unos a los otros al estar atravesando distintas circunstanstancias difíciles, pero esto va mucho más allá, cuando dice "todas las cosas" Dios mismo nos habla de que ya no

Texto: Hechos 17:16  “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría".

Según la sensibilidad que alcanzamos a base del conocimiento práctico, es decir las experiencias y no una mera información retenida, vamos pensando, actuando y viviendo conforme al contexto que nos rodea NO ocultando la verdad de Dios que mora en nosotros.

Aquí vemos lo que el Apóstol Pablo sintió al entrar y recorrer un lugar lleno de idolatría; Pablo se enojó, dice la Palabra que su espíritu se enardeció,  La Palabra  hace referencia al espíritu de Pablo, no al de Dios.

Palabra de Dios para Todos PDT (2012) “Mientras Pablo los esperaba a Silas y a Timoteo en Atenas, le dolió mucho ver que la ciudad estaba llena de ídolos".

Sagradas Escrituras Drama 1569 – SEV “Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada a  la  idolatría".

Dios Habla Hoy (2006) – DHH “Mientras Pablo esperaba en Atenas a Silas y Timoteo, se indignó mucho al ver que la ciudad estaba llena de ídolos".

¿Por qué el espíritu de Pablo se enardeció? Pablo con esta actitud muestra el celo que tiene por su Dios, su entrega, el conocimiento, pero aún hay algo más que debemos resaltar. Esta pasión del predicador, va mucho mas allá de un sentir momentáneo, es la firme convicción y desespero en ganar almas para Cristo.

Si continuamos leyendo en  Hechos 17:17-34, podremos darnos cuenta de un punto muy importante que el celo complementa

el celo y la entrega a Dios. Pablo no se quedó solamente con el enojo y el disgusto que sintió, ¡no! Pablo se enfrentó, y compartió del verdadero Dios ante quienes estaban en esa terrible condición.

Hechos 17:22-23 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.

 

Seguramente vos y yo hemos sentido disgusto al ver lo que la idolatría provoca en nuestra sociedad, ¿pero cuándo hemos hecho lo que Pablo hizo? ¿Cuándo nos hemos sentido en la desesperación de hablar y dar a conocer del verdadero Dios y su propósito de salvación en Cristo Jesús?

Si nosotros conocemos lo que es Dios, le amamos y sentimos celo por Él, debemos ir más allá como lo hizo el apóstol, hablar de Dios en donde más hace falta hablar de Él, romper con la idolatría y tradición en nuestra sociedad.

Seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos como iglesia del Señor Jesucristo de predicar el evangelio con el testimonio de nuestras vidas rendidas en santidad a Dios para que la pureza y el amor de Cristo sea nuestro reflejo hacia otros.

1 Corintios 1:21-23 → “… agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación […] pero nosotros predicamos a Cristo crucificado…”

(Resumen de la conferencia)