"El evangelismo sin conservación de frutos es como engendrar hijos y luego abortarlos"
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Pero la condición del leproso del Nuevo Testamento, cambio y esto trae un rayo de esperanza al pecador moderno. El cambio del leproso se opero cuando vino al Señor, y el cambio suyo, el cambio mío, querido amigo, se puede operar también al venir al Señor Jesús.
¿Ha venido usted a él?? Yo vine, he visto a muchos otros venir; el programa ‘’En esto pensad.’’, ha sido usado por Dios para traer muchos al Señor Jesús en diferentes lugares.
En el último lugar vemos que el leproso reconoció que debía humillarse y por lo tanto hemos leído que, al venir a Jesús, se hinco de rodillas, como dice San Lucas; se postro ante el Señor.
Estar postrado de rodilla es asumir una posición de humildad, de reverencia, de reconocimiento de la alteza y la soberanía de Cristo. La historia agrega además que el leproso le rogaba con insistencia, con fe, con
vehemencia que el Señor lo sanara.
Y así usted mi amigo, si se arrodilla delante del Señor en señal de arrepentimiento y de reconocimiento de su autoridad, si le ruega usted vehemente en señal de fe, Cristo le otorga el perdón de sus pecados y pone en
usted su vida divina, por medio de su Santo Espíritu.
¡Que experiencia tan gloriosa!!