El salario representa el elemento más
importante, ya que es la retribución en dinero o
su equivalente que el empleador paga al
empleado por el cargo que éste ejerce y por los
servicios que presta durante determinado
período Las compensaciones no financieras,
como prestigio, autoestima, reconocimiento y
estabilidad en el empleo afectan profundamente
la satisfacción laboral. Para que el sistema de
compensación de una organización sea
equilibrado debe existir en primer lugar una
coherencia en los sueldos y salarios y esto se
logran mediante la información obtenida de la
evaluación y la clasificación de los cargos,
basadas en un programa previo de descripción y
análisis de cargos. En segundo lugar a través de
la información externa obtenida de la
investigación de salarios. Con esta
información, la organización define una política
y los tabuladores salariales que normalicen los
procedimientos para fijar la remuneración del
personal.
Las mayores percepciones deberán estar
justificadas por el tamaño del cometido del
trabajador y por las exigencias que esta tarea
tiene con respecto a las competencias y
cualificaciones requeridas para desempeñarse
adecuadamente en el cargo. Con referencia a
este punto y parafraseando lo expuesto por
Chiavenato (2001), las compensaciones son las
retribuciones que el individuo recibe como
retorno por la ejecución de tareas
organizacionales. Cada empleado hace
transacciones con su trabajo para obtener
compensaciones financieras y no financieras.
La compensación financiera es el pago que
recibe cada empleado en forma de salarios,
bonos, premios y comisiones