ETHNOLÓGICA No. 02 (2018) | Page 51

Apropiación comunitaria del caño la Maroma (pág. 47-56) Ethnológica 02 (2018) en la calidad del agua, la sobreexplotación de los acuíferos y la limitación para la extracción de aguas superficiales. Todo esto nos ha conducido a plantear estrategias en torno a la gestión sustentable del agua, donde se pone en cuestionamiento los modelos de desarrollo; o lo que Marié (2004) denomina el “Estado-empresarío, o de la economía dirigida hacia la colonización” (Marié. 2004: 47); este modelo remite a la forma en que las diferentes escalas de interacción política y económica no existen aisladas. “Es una concepción esencialmente intervencionista del Estado central en el acondicionamiento del territorío. Es un poco el esquema de paz romana, es decir, la hidráulica como fenómeno civilizador, importado desde afuera.” (Marié. 2004: 47) El proyecto La Maroma, es un reflejo de la interacción entre las distintas escalas y la transformación de las relaciones de consumo donde el estado se encarga del manejo de los recursos hídricos. Por lo que existen múltiples redes de órdenes legales que favorecen la centralización de los recursos, con el fin de concentrar los derechos de uso del agua a los usuaríos más poderosos; pues son las personas en el centro quienes crean los ordenamientos legales. Este modelo socio-económico se reforzó durante los años 70‘s y se hizo tangible en 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) cuando la lógica de la oferta y la demanda globales fueron la vía a tomar dentro del nuevo sistema. “El neoliberalismo... cambió radicalmente la estructura agraria en los países del subcontinente. Esta reapropiación territorial acompaña, favorece y justifica el despojo del agua: “agua solo para la agricultura productiva”, “agua para las industrias competitivas”, o “agua a quienes la paguen en la ciudades”, son expresiones normalizadas por las agencias gubernamentales para justificar el despojo. Actualmente, América Latina se encuentra en una época de grandes cambios políticos y económicos, pero los ejemplos anteríores se repiten en múltiples países.” (Zwarteveen y Boelens. 2011: 14) Es así, como los conflictos, tensiones y colaboraciones por el re- curso hídrico se crean de acuerdo al contexto social y político. Michel Marié (2004), explica que el despojo de agua (propiciado por el estado nacional o particulares), a pesar de abrumar a las poblaciones con injusticias, es común que la indignación de los pobladores no estalle en forma de conflicto. La tensión se produce cuando hay conocimiento de la inadecuada distribución del agua, pero no se crea una reacción social inmediata que redima por completo a los grupos sociales de su situación. Por otra parte Aldo Panchifi y Omar Coronel (2011) hablan del análisis crítico del conflicto y explican que: 51