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Ethnológica No. 01 (2017)
Alonso Muñoz Terán
anclado a la categoría de “transculturación, en sus versiones de Ortiz y
Rama”, como base epistemológica coherente para el concepto de mestizo.
Esta herramienta implicará un análisis sincrético que contemple “dos o
más lenguas, conciencias étnicas, códigos estéticos, experiencias históricas
[…]”. Sin embargo, aclara que tendría que haber otra herramienta para
el caso de “situaciones socio-culturales y de discursos en los que las diná-
micas de los entrecruzamientos múltiples no operan en función sincrética
sino, al revés, enfatizan conflictos y alteridades” (1994: 369).
Pareciera ser el caso de El viejo Antonio, y de su autor, una litera-
tura que no opera en función de síntesis, sino que muestra un proceso en
tensión intercultural. Los planteamientos discursivos de los relatos son, en
algunos casos, abiertos cuestionamientos hacia el mundo occidental. Las
elipses son una constante en los relatos, que, sin embargo, no encubren
en ningún momento su abierto desencuentro con el mundo occidental, a
partir de lo que le es propio. En el relato, Esa palabra no existe en lengua
verdadera, se puede apreciar esta situación:
En el comité estuvimos discutiendo toda la tarde. Buscamos la pa-
labra en lengua para decir rendir y no la encontramos. No tiene traducción
en tzotzil ni en tzeltal, nadie recuerda que esa palabra exista en tojolabal
o en chol. Llevan horas buscando equivalentes. […] El Viejo Antonio
espera a que todos se vayan quedando callados y sólo quede el múltiple
tambor de la lluvia sobre el techo de lámina. En silencio se me acerca el
Viejo Antonio, tosiendo la tuberculosis, y me dice al oído:
-Esa palabra no existe en lengua verdadera, por eso los nuestros nunca
se rinden y mejor se mueren, porque nuestros muertos mandan que las palabras
que no andan no se vivan. (Marcos, 2012: 26).
Es evidente que un conocimiento del concepto de “transcultura-
ción” es pertinente, como nos dice Cornejo Polar, para elaborar herra-
mientas teórico-metodológicas que nos ayuden a comprender mejor “una
literatura (o más ampliamente una vasta gama de discursos) cuya evidente
multiplicidad genera una copiosa, profunda y turbadora conflictividad”.
(1994: 370-371).
M arcos , el migrante a la inversa
Otro tema que llamó la atención de Cornejo Polar y que sería un
caso paradigmático en el autor de la obra que nos ocupa, es el de la figura
del migrante, como otro código de la transculturación. Es decir, el repre-
sentado por sujetos que migraron del campo y de la serranía a la ciudad y
que fueron representados en la obra de José María Arguedas e incluso fue