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Ethnológica No. 01 (2017)
Alonso Muñoz Terán
elementos de las literaturas heterogéneas y la pertinencia de este abordaje.
Respecto a los lineamientos que establece para dicha clasificación encon-
tramos el de “literaturas situadas en el conflictivo cruce de dos sociedades
y dos culturas” (1978: 8), contrario al análisis de las literaturas nacionales,
criterio que “parece garantizar la constitución de un corpus relativamente
autónomo y homogéneo y de una tradición más o menos unitaria y cohe-
rente” (1978: 9). Dicho planteamiento, podríamos ubicarlo en sus inicios
en el siglo XIX de la historia latinoamericana (y que continúa hasta la
fecha), para minimizar los problemas de su constitución multicultural.
La pertinencia de nuevas categorías que eviten este tipo de reduc-
cionismos, proviene no sólo “por la necesidad de recurrir a categorías más
amplias y de mayor aptitud explicativa”, sino por “los planteamientos mar-
xistas sobre la coexistencia de una cultura de la clase explotada y otra de la
clase explotadora, coexistencia que escinde de parte a parte el campo de la
literatura de una nación” (1978: 10).
Para hallar estos elementos heterogéneos en la literatura, nos dice
Cornejo Polar, hay que hacer un análisis “del proceso literario, que permita
distinguir la producción, el texto resultante, su referente y el sistema de
distribución y consumo […]” (1978: 11). Utilizando estos criterios para
el análisis de El Viejo Antonio, encontraremos que los textos tienen una
filiación a un contexto sociocultural de los pueblos mayas del Estado de
Chiapas, México, lugar donde coexisten, junto a la población mestiza, 12
pueblos originarios, 11 de ellos de la familia lingüística maya. Siendo este
contexto el referente, la forma de representación y el consumo correspon-
derían, hasta cierto punto a otro estatuto sociocultural, el de la población
que lee en la lengua hegemónica, el español, contrario a las lenguas ma-
yanses que nutren las historias de El Viejo Antonio. Es decir, se evidencia
claramente la zona de conflicto del referente, mundo representado y modo
de representación.
Otro rasgo importante es el de la estructura de los textos, que, en
esencia, responde a la producción emanada de la tradición oral. Así son
estructurados la mayoría de los 51 relatos que comienzan con una con-
textualización, una introducción del vocero, del escribano, del “oidor” de
la historia que se va a presentar a continuación, enseguida viene el relato
en sí, que, presentado en cursivas, representa la voz de “El viejo Antonio”,
el portador transculturado de las historias. Marcos, personaje y autor, será
entonces el puente entre estas dos visiones de mundo mestizo y el de las
cosmovisiones mayas.
¿L iteratura indigenista o literatura heterogénea ?