El buen vivir y la reafirmación de la identidad de los pueblos
indios [pág. 67-82]
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Ethnológica No. 01 (2017)
la gestión colectiva de bienes. La propiedad como única y exclusiva for-
ma de apropiación, es cuestionada desde la lógica comunitaria campesina
de raigambre indígena donde coexisten diferentes formas de posesión y
ocupación. Importa sobre todo como, a pesar de las medidas coactivas y
represivas para transformar la tierra en mercancía, las comunidades han
resistido o rechazado la idea, y mantenido —no sin conflicto—, la gestión
colectiva de algunos bienes como el agua y el monte; gestión colectiva re-
conocida como básica en la conservación del bosque y los acuíferos (Boege
2008). Ambos aspectos, resultan sustantivos para demostrar que es posible
el comportamiento económico fundado en otra lógica, sin necesidad de
recurrir a los juicios morales y la buena voluntad.
La investigación antropológica sobre eso que se conceptualiza
como Buen vivir, recién comienza, en consecuencia las únicas definiciones
provisorias son las contenidas en las respectivas declaraciones constitucio-
nales. De acuerdo con Tortosa:
Sumak kawsay es quichua ecuatoriano y expresa la idea de una vida
no mejor, ni mejor que la de otros, ni en continuo desvivir por mejorarla,
sino simplemente buena. En la Constitución ecuatoriana de 2008 puede
leerse que “se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambien-
te sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el
buen vivir, sumak kawsay”. Por su parte, la Constitución boliviana de 2009
es algo más prolija al respecto pues recoge la pluralidad lingüística del
país que dicha constitución reconoce como plurinacional, y dice que “el
estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad
plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso
ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko
kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida
noble)” (Tortosa 2009: 2).
La interpretación ecuatoriana muestra un cierto eclecticismo al in-
corporar conceptos propios de la teoría del desarrollo como el ambiente
sano y ecológicamente equilibrado, si bien apunta a la relación hombre na-
turaleza. La boliviana pareciera más auténtica al intentar abordar el campo
semántico de las palabras, pero no logra definir un modelo de vida o una
racionalidad práctica.
La carencia de una definición conceptual puede subsanarse, infi-
riendo preferencias y valores a partir de la datación etnográfica previa. Va-
rios de los temas abordados por los antropólogos refieren a las prácticas de
los pueblos indios, y su permanencia, indicaría que presuponen una escala
de valores. Al menos tres temas recurrentes en la etnografía dan cuenta
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