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Ethnológica No. 01 (2017)
Laura Collin Harguindeguy
las votaciones en asamblea y la adhesión colectiva a determinadas pro-
puestas, prácticas que esconden el autoritarismo, o en palabras de Tou-
raine (1997) de dictadura comunitaria. La fórmula que recurre a los usos
y costumbres, actualmente políticamente correcta, e incorporada como pro-
gresista a constituciones nacionales y regionales 8 esconde problemas de
respeto de las minorías e inclusive de la mayorías, como en el caso de los
derechos de las mujeres. 9 El ejercicio de la democracia comunitaria, ade-
más de establecer fronteras de género, suele implicar problemas en cuanto
a la libertad de decisión. Se puede coincidir con los autores que persisten
en las economías comunitarias reductos de relaciones y lógicas de reci-
procidad y redistribución, que requieren ser revalorados, revaloración que
puede hacerse desde una perspectiva ecuánime, sin necesidad de ser mis-
tificadas, aúnque en el lenguaje de la prédica política se pueda recurrir a la
exaltación. La ecuanimidad que menciono –evitando recurrir al concepto
de objetividad, severamente cuestionado–, tiene el sentido de descartar las
simplificaciones, que pueden ser fatales para las ideologías políticas, sobre
todo cuando llegan al poder.
A l rescate de la lógica del buen vivir
Sin necesidad de idealizar el pasado prehispánico, es posible se-
ñalar aspectos que requieren ser analizados en función de la construcción
de otra economía. La primera y principal es la existencia de una lógica
comunitaria, que lleva a anteponer los intereses colectivos a los individua-
les, norma internalizada como imperativo, sin necesidad de su imposición .
Perspectiva que aparece inversa al individualismo occidental y demues-
tra la posibilidad de la existencia de otras formas de relación y conducta;
cuestiona la premisa básica del capitalismo en cuanto al natural egoísmo
del hombre, y demuestra que es posible pensar en términos de nosotros.
No supone comunidades exentas de celos, envidias y chismes, sino una
actitud vital, donde los habitus incorporan la existencia de redes densas
de relaciones reciprocas, reforzadas y retroalimentadas por la fiesta y el
ritual. La segunda dimensión a analizar —sin caer en mistificaciones—,
es la de la existencia de diferentes formas de posesión, y la posibilidad de
8 Utilizo el término regional como genérico que incorpora la noción de Estados y la de Provincias o Distritos.
9 Valga como ejemplo el de Eufrosina Mendoza candidata electa a la presidencia de Santa María
Quiegolani municipio de Oaxaca, impedida de tomar posesión, pues los varones consideraron “que
por usos y costumbres las mujeres no participan, no tienen derechos y se ve muy feo que estén en las
asambleas”(Olivera, 2007): Si bien este caso figuró en la prensa nacional e internacional, por la voluntad
de la candidata de recurrir a la corte internacional de derechos humanos en la Haya, la limitación de los
derechos de las mujeres en las comunidades tradicionales aparece de manera generalizada