Escuela Inclusiva escuela_incluyente | Page 22

Dentro de este marco, los docentes tienen que proporcionar oportu- nidades para que cada uno desarrolle destrezas, actitudes y valores esenciales; aportando objetivos coherentes y experiencias de apren- dizaje que permitan que cada uno desarrolle al máximo su potencial y continúe aprendiendo a lo largo de la vida. En este contexto tan complejo y con la diversidad que aportan las di- ferencias individuales de cada estudiante, resulta incoherente pen- sar que un currículum rígido, con objetivos unificadores, métodos y tareas iguales pueda ser adecuado para todos. El currículo tiene que reconocer, respetar y responder a las capacidades, necesidades e intereses de todos los estudiantes. Como el currículum uniforme no permite responder a la diversidad presente en las aulas y a las necesidades especiales de los estudian- tes, es necesario adecuarlo y hacerlo más flexible, introduciendo elementos que permitan que su puesta en práctica responda a las diferencias de los estudiantes (Drapeau, 2004, Gartin y otro, 2002, Gregory y Champman, 2002). Un marco conceptual que permite introducir en las aulas inclusivas los planteamientos anteriores, es la Diferenciación Curricular, que consiste en diseñar entornos de enseñanza flexibles, a través de las “adecuaciones curriculares”. Orientaciones para la construcción de una escuela inclusiva Según Booth y Mel (2016), las orientaciones pedagógicas constituyen principios de procedimiento relevantes que orientan a los maestros en el diseño, la planificación y el desarrollo de la enseñanza en el aula, así como de las adecuaciones curriculares grupales e indivi- duales. De este modo, estos principios son una importante referen- cia para guiar la práctica educativa del docente en cuanto a qué y cómo enseñar (qué objetivos seleccionar como prioritarios o nece- sarios y qué contenidos elegir como valiosos), qué material utilizar y 23