Escuela contemporanea Ejemplar Febrero-2014 | Page 11
Modernamente una institución educacional debe ser considerada como un sistema
intermedio que vincula las necesidades sociales con las respuestas a dichas necesidades,
cuya misión es dar una respuesta eficiente a las necesidades educacionales.
Ahora bien, ¿Es el estudiante considerado como nuestro hijo educacional?
¿Conocemos todas sus necesidades?
¿Tratamos en todo momento de satisfacerlas totalmente?
¿Son felices nuestros estudiantes?
¿Nos preocupamos por darles en la escuela de la felicidad que necesitan?
Para dar respuesta a estas interrogantes se debe de investigar científicamente con que
actividades, con quienes deben prepararse los alumnos.
Por otra parte, este conjunto de necesidades detectadas deben articular en un todo
armónico con el ambiente interno de la escuela y con su lugar en el entorno.
El estudiante debe ser considerado como el hijo principal de la escuela, él es el
principio y fin de la actividad de la escuela.
Con la educación de los afectos todas las personas jurídicas o naturales que tengan
relación con la actividad de la escuela, deben ser considerados hijos de la misma.
Tal concepción se basa en que toda aquella persona u organización que consideremos
nuestro hijo, merece todo nuestro respeto y el mejor trabajo, merecen calidad desde todos los
puntos de vista, merecen ser felices y es nuestro deber trabajar para darles esa felicidad.
Los que asumen la educación de los afectos como filosofía de gestión buscan integrar
necesidades, personas y respuestas.
Los estudios de pedagogía les permiten determinar el conjunto de necesidades y
recursos presentes en el entorno y en la institución. Para realizarlo utilizan instrumentos
científicos como las encuestas, las entrevistas, los test psicológicos y los métodos de
investigación sociológicos.