a sí mismo y ser feliz,
como en el ámbito
laboral. El estado, así
pues, ha de garantizar
que los recursos se
asignen de manera
proporcional.
“Hombres y mujeres
serán tratados con
justicia de acuerdo a
sus
propias
necesidades.
El
tratamiento que se le
dé a cada uno puede
ser
diferente
pero
equivalente
en
términos de derechos,
beneficios,
obligaciones,
y
oportunidades”.