NO TE CAIGAS DE LA BICI…
na de mis pasiones desde bien pequeño ha sido la bicicleta, y aunque pueda parecer sencillo diseñar una, debo deciros que para nada. No vale con soldar unas cuantas partes de
hierro a unos engranajes, ponerle dos ruedas, una cadena y ale a hacer saltos y bajar piedras como una cabra, si haces eso lo más probable es que bajes rodando y acabes sin dientes.
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Para fabricar una bici hay que tener en cuenta siempre varios aspectos: que sea cómoda
para el deportista, que se aproveche al 100%
la fuerza empleada al pedalear, resistente,
ligera…
Además de lo anterior hay que saber para
qué propósito está destinada esa bicicleta:
ya sea, carretera, Cross Country, Downhill,
Trial, Enduro…
Dependiendo del tipo de uso, las proporciones de la bicicleta variarán. En este artículo
explicaré el porqué de cada geometría, para
que cuando veáis una bici sepáis,
a grandes rasgos, para qué está
destinada y que la geometría
sirve para muchas cosas, no sólo
para hacer pentágonos regulares.
En primer lugar, debemos fijarnos
en la horquilla, para que me entendáis, es la barra donde se
monta la rueda de delante.
El ángulo que forma la dirección
con el eje horizontal de las ruedas
es del el que a continuación trataremos. Un ángulo de 90º implica
que la horquilla se encontraría en la perpendicular del eje de las ruedas, provocando que
nuestro medio de transporte sea muy inestable, y provocaría que nos cayésemos sim-
ENTREMANOS Nº 4
plemente por acercar nuestro pecho al manillar. ¿Y por qué?
El secreto de la estabilidad de la bicicleta es
muy sencillo. En la bici, para evitar caernos
hacia adelante o hacia atrás, la proyección
del centro de gravedad del conjunto (bici+ciclista) debe encontrarse dentro de la
base de la bici. La “base” está delimitada por
los puntos de contacto o tangencia de las
dos ruedas con el suelo. En realidad, lo que
marca toda esta distribución es el peso del
cuerpo, pues serán
unos 70kg de peso
frente a 14 de la bici.
Por tanto, cuanto
más centrada esté la
proyección, más estable será el invento.
En definitiva, en el
diseño
deberemos
jugar con la situación
del centro de gravedad entre las dos
ruedas. Esto lo conseguiremos adelantando o retrasando la posición del ciclista o
bien modificando el ángulo de la horquilla
delantera. Un problema de trigonometría.
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