Entremanos nº4 4ª época | Page 48

recibió en el pecho. Aquí se habla de una o dos heridas de proyectil de arcabuz. Las marcas dejadas en el hueso por la lesión, junto con la cauterización, y posibles restos microscópicos de metal (del proyectil, de la coraza o de ambos) confirmarían la identidad. Conociendo el número limitado de enterramientos y la localización de estos gracias al mapa tridimensional de subsuelo hecho mediante la información recogida utilizando un georradar, podría darse la respuesta al misterio mantenido durante tanto tiempo. El georradar dio los frutos buscados estableciéndose un mapa 3-D en el que se identificaban unas anomalías asociables a enterramientos y/o estructuras funerarias. Por fin, entre los días 24 de enero y 28 de febrero de 2015, se llevaron a cabo los trabajos de excavación arqueológica en la cripta de la iglesia con el objetivo de encontrar los restos del autor de El Quijote. Para ello se inspeccionaron los nichos situados en la pared norte de la cripta y se excavaron los enterramientos bajo el suelo En la iglesia se instaló un laboratorio de campaña para el estudio de los restos óseos exhumados. En la pared norte de la cripta eran visibles seis filas de nichos cubiertos por una capa de yeso. Todos los nichos fueron inspeccionados mediante cámara endoscópica Algunos de los nichos presentaban inscripciones muy deterioradas. Se realizó una limpieza y restauración de las mismas por las que se descubrió que los fallecidos eran capellanes de la Iglesia. Aquellos sin inscripción fueron abiertos: dos se encontraban vacíos, otros dos albergaban los restos mortales de capellanes y seis contenían el enterramiento de individuos adultos, cuatro de ellos mujeres según el estudio osteológico de los restos. En los demás ENTREMANOS Nº 4 se constató la presencia de diversos enterramientos infantiles. En estos nichos se encontraron restos textiles que tras ser estudiados fueron identificados como producidos en los siglos XVIII y IX. Todos estos hechos permitieron descartar la presencia de Cervantes en esta parte norte de la cripta. La excavación del suelo de la cripta comenzó por la esquina noreste. A lo largo de la excavación se documentaron tres niveles de enterramientos. En el primer nivel, a pocos centímetros bajo el enlosado del suelo, se encontraron restos infantiles. El segundo nivel presentaba enterramientos, en su gran mayoría dispuestos en féretros. El tercer nivel, más profundo (80-100 cm bajo nivel de baldosas), y por tanto más antiguo, estaba compuesto por un pequeño número de enterramientos adultos en ataúd. Se pudo eliminar de la búsqueda los restos infantiles y aquellos que se encontraban completos, dado que como Cervantes fue trasladado a su nueva ubicación un siglo después de su enterramiento, este tiempo permitió que los restos estuvieran ya esqueletizados. Esto hacía suponer que durante su traslado fueran enterrados en forma de osario. En la esquina sureste de la cripta a 135 centímetros bajo el enlosado, se encontró la presencia de una reducción de huesos que podría ser compatible con el osario trasladado de la iglesia primitiva a la bóveda de la iglesia nueva en la zona donde, posiblemente, se produjeron los primeros enterramientos de la cripta. Además, junto con la reducción de huesos, se recuperaron fragmentos de tejidos que pudieron ser datados como pertenecientes al siglo XVII y una moneda de 16 maravedís de Felipe IV, de uso en la década de 1660. Aun cuando los restos se encontraban en un estado de conservación muy deficiente, se pudo calcular que pertenecían a diez adultos y cinco niños. De los diez adultos, cuatro eran del sexo masculino y otros dos lo eran muy probablemente. Sin embargo, el estado de conservación no permitió un estudio fiable de signos degenerativos, patologías o lesiones que pudieran ayudar en la identificación de Cervantes. Tampoco se pudo identificar lesiones traumáticas como las que tenía Cervantes. Sin embargo, estos datos muestran que los restos son claramente compatibles con los del grupo de personas que estuvieron enterradas en la iglesia primitiva de las Trinitarias y que fueron trasladadas a la cripta de la nueva iglesia en forma de osario. Entre esas personas se encontraba Miguel de Cervantes. 48