recibió en el pecho. Aquí se habla de una o dos heridas de proyectil de arcabuz. Las marcas dejadas en
el hueso por la
lesión, junto con la
cauterización,
y
posibles
restos
microscópicos de
metal (del proyectil, de la coraza o
de ambos) confirmarían
la
identidad.
Conociendo
el
número limitado de enterramientos y la localización
de estos gracias al mapa tridimensional de subsuelo
hecho mediante la información recogida utilizando
un georradar, podría darse la respuesta al misterio
mantenido durante tanto tiempo.
El georradar dio los frutos buscados estableciéndose
un mapa 3-D en el que se identificaban unas anomalías asociables a enterramientos y/o estructuras
funerarias. Por fin, entre los días 24 de enero y 28 de
febrero de 2015, se llevaron a cabo
los trabajos de excavación arqueológica en la cripta de la iglesia con
el objetivo de encontrar los restos
del autor de El Quijote. Para ello
se inspeccionaron los nichos situados en la pared norte de la cripta y
se excavaron los enterramientos
bajo el suelo En la iglesia se instaló
un laboratorio de campaña para el
estudio de los restos óseos exhumados.
En la pared norte de la cripta eran visibles seis filas
de nichos cubiertos por una capa de yeso. Todos los
nichos fueron inspeccionados mediante cámara
endoscópica Algunos de los nichos presentaban
inscripciones muy deterioradas. Se realizó una limpieza y restauración de las mismas por las que se
descubrió que los fallecidos eran capellanes de la
Iglesia. Aquellos sin inscripción fueron abiertos: dos
se
encontraban
vacíos, otros dos
albergaban los restos
mortales de capellanes y seis contenían
el enterramiento de
individuos adultos,
cuatro de ellos mujeres según el estudio
osteológico de los
restos. En los demás
ENTREMANOS Nº 4
se constató la presencia de diversos enterramientos
infantiles. En estos nichos se encontraron restos
textiles que tras ser estudiados fueron identificados
como producidos en los siglos XVIII y IX. Todos estos
hechos permitieron descartar la presencia de Cervantes en esta parte norte de la cripta.
La excavación del suelo de la cripta comenzó por la
esquina noreste. A lo largo de la excavación se documentaron tres niveles de enterramientos. En el
primer nivel, a pocos centímetros bajo el enlosado
del suelo, se encontraron restos infantiles. El segundo nivel presentaba enterramientos, en su gran
mayoría dispuestos en féretros. El tercer nivel, más
profundo (80-100 cm bajo nivel de baldosas), y por
tanto más antiguo, estaba compuesto por un pequeño número de enterramientos adultos en ataúd.
Se pudo eliminar de la búsqueda los restos infantiles
y aquellos que se encontraban completos, dado que
como Cervantes fue trasladado a su nueva ubicación
un siglo después de su enterramiento, este tiempo
permitió que los restos estuvieran ya esqueletizados. Esto hacía suponer que durante su traslado
fueran enterrados en forma de osario. En la esquina
sureste de la cripta a 135 centímetros bajo el enlosado, se
encontró la presencia de una
reducción de huesos que podría
ser compatible con el osario
trasladado de la iglesia primitiva
a la bóveda de la iglesia nueva
en la zona donde, posiblemente,
se produjeron los primeros enterramientos de la cripta. Además,
junto con la reducción de huesos, se recuperaron fragmentos
de tejidos que pudieron ser datados como pertenecientes al siglo XVII y una moneda de 16 maravedís
de Felipe IV, de uso en la década de 1660. Aun cuando los restos se encontraban en un estado de conservación muy deficiente, se pudo calcular que pertenecían a diez adultos y cinco niños. De los diez
adultos, cuatro eran del sexo masculino y otros dos
lo eran muy probablemente. Sin embargo, el estado
de conservación no permitió un estudio fiable de
signos degenerativos, patologías o lesiones que
pudieran ayudar en la identificación de Cervantes.
Tampoco se pudo identificar lesiones traumáticas
como
las
que
tenía
Cervantes.
Sin embargo, estos datos muestran que los restos
son claramente compatibles con los del grupo de
personas que estuvieron enterradas en la iglesia
primitiva de las Trinitarias y que fueron trasladadas a
la cripta de la nueva iglesia en forma de osario. Entre
esas personas se encontraba Miguel de Cervantes.
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