Entremanos nº4 4ª época | Page 36

JUEGOS DE MAGIA NEGRA David Chamizo Pròlogo ojo la cartera y me dirijo a la estación para tomar el metro hasta Atocha. Cuando miro el reloj, abro los ojos sorprendido, son las doce y media, llego tarde. Así que salgo corriendo por la puerta a toda prisa hacia la estación. De repente, un hombre, cuanto menos extraño, se interpone en mi camino abriendo sus largos brazos. Su vestimenta era negra, un negro casi de luto; visto a distancia parecía una sombra perdida en la noche. A pesar de que aquella ropa no dejaba ver bien cómo era, se veía que era un hombre grande, alto; y gracias a un hueco que la brisa de verano hacía, se veía que bajo aquella gabardina negra y larga, había un tipo de grandes músculos. C _Ten cuidado, muchacho. Fuerzas tenebrosas que no alcanzas a comprender están detrás de ti y tus amigos; no pierdas el tiempo, huye si no quieres ver tu mundo a través de las tinieblas_ dijo aquel extraño hombre con una voz raramente suave dada la severidad de su mirada. _Usted está loco, déjeme pasar de una vez, por favor, llevo bastante prisa. _No subestimes su poder, muchacho. Las sombras son poderosas y no te dejarán escapar fácilmente_ concluyó él mientras yo corría a toda velocidad entre la multitud. Ya en el metro no paraba de dar vueltas a lo que aquel hombre me había dicho. Mientras mis pensamientos me absorbían ENTREMANOS Nº 4 cada vez más, el tren cerraba sus puertas y continuaba su trayecto. Ya estaba en Atocha. Cada vez me obligaba más a pensar en otra cosa que no fueran esas palabras, cuando de repente el tren se paró en seco. Las personas que estábamos de pie caímos al suelo y los que estaban sentados se apretujaron, como si un muelle a mucha presión les obligase a estar así. Las bombillas se apagaron y todo quedó en una oscuridad siniestra… toda la gente callaba. _ Erick, Erick…-mi nombre sonaba entre susurros por todo el vagón. En aquel preciso instante mi cuerpo se elevó y se enderezó. Mis ojos estaban cerrados el miedo me había paralizado. 36