Fábula de Carlos y Miguel
Dos amigos eran Carlos y Miguel;
el primero trabajador y tenaz,
el segundo se dormía en el laurel
y de todo se sentía muy capaz.
Un trabajo tuvieron que realizar,
pero no lo plantearon nada igual:
Carlos mucha prisa se empezó a dar
y en eso Miguel no fue cabal.
Y Carlos lo finalizó enseguida,
pero Miguel ni lo empezó a realizar.
La impresora le complicó la vida.
Caramba, total, no lo pudo acabar.
Y con esto te digo, amigo lector,
que el exceso de confianza en la vida
en ocasiones puede ser gran error,
pero debes ser tú el que lo mida.
Diego Domingo.
ENTREMANOS Nº 4
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