Fábula del águila y la serpiente
Érase una vil serpiente,
que tenía mucha astucia
se creía muy prudente,
jugaba de forma sucia.
Un día reptando estaba
y allí un aguilucho vio,
como nunca se asustaba,
de su escondrijo salió.
El águila justo se alertó,
dirigiéndose enfilada
y aquel vil reptil le vaciló,
no frenó su carcajada.
Se creía hábil por serpiente.
Aquella astuta ave voló,
pero no estaba pendiente
y el águila se la comió.
Cuídate de jugar con la suerte,
que puedes toparte con la muerte.
Cristina Smith Gallego
ENTREMANOS Nº 4
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