Una hora más tarde, estoy pasando el
ÚLTIMO RECURSO DEL INCOMPETEN-
bendito cartel donde se puede leer en le-
TE". Mi ceño se frunce. Si tan solo todo el
tras grandes y negras: "Bienvenidos a La
mundo pensara igual...
Ciudad Buscada". Emocionada con la idea
—Señorita... —el recepcionista interrumpe
de saber si son verdad los rumores o no,
mis pensamientos.
me adentro en aquella pequeña metrópoli.
—Young, Europa Young.
Observo desde el interior del coche que
—Señorita Young, la alcaldesa la espera.
todas las casas son completamente dife-
Acompáñeme —vuelve a mostrarme una
rentes, unas son blancas, otras marrones,
de sus amables sonrisas y comienza a ca-
unas son de piedra, otras de ladrillos...
minar dirección al ascensor.
Las calles son amplias y pulcras, los coches
Le sigo obedientemente y veo que marca
son modernos y cada casa tiene su propio
el botón del segundo piso. Se abren las
jardín. Leo en un cartel: "Ayuntamiento", y
puertas y nos encontramos con un pasillo
decido girar a la derecha tal y como me lo
que contiene bastantes puertas. Al final de
indica. Llego a una plaza donde hay un
este hay una puerta más grande que las
edificio a lo ancho, no muy grande, pero sí
demás donde el chico se detiene. Da dos
lo suficiente para ocupar toda la calle de la
golpecitos con los nudillos de su mano
plaza. Aparco en el primer sitio libre y sal-
derecha y escuchamos una fina voz detrás
go del coche con mi bolso echado a mi
de la puerta, dando permiso para entrar:
hombro. Entro en la recepción y camino
—Señora alcaldesa, la señorita Young, aquí
hacia el mostrador.
presente, quiere hacerle una entrevista. —
—Buenas tardes, quería solicitar una en-
el chico se hace a un lado, dejándome pa-
trevista con el alcalde de la ciudad.
sar. La alcaldesa le sonríe y le señala la
—Sí, un momento –el recepcionista estira
puerta.
la mano hacia el otro lado de su escritorio y
—Está bien, Gabriel, puedes marcharte –el
coge una pequeña libreta entre sus ma-
chico desaparece de la sala, cerrando la
nos– la alcaldesa estará libre en unos mi-
puerta detrás de él.
nutos, justo ahora está terminando una
—Puede sentarse, señorita Young –me
reunión —me sonríe cordialmente. Asiento
señala la silla en frente del escritorio y ella
y espero pacientemente junto al escritorio,
camina hacia la silla que se encuentra de-
observando el recinto.
trás de este.
Lujosos sofás decoran la estancia junto a
—Por favor, llámeme Europa –su postura
cuadros colgados alrededor de las paredes.
es completamente rígida sobre la silla.
En la pared de mi izquierda se puede l eer
—De acuerdo, Europa –me sonríe—. ¿De qué
en letras grandes: "LA VIOLENCIA ES EL
querría hablar?
ENTREMANOS Nº 4
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