¿Recibir o Excluir?
… por Carlos Scott
Maestro —dijo Juan—, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo
impedimos porque no es de los nuestros. —No se lo impidan —replicó Jesús—. Na-
die que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí.
Marcos 9.38–39
Una tendencia arraigada
Se parecen a los fariseos, que excluyen a quienes no
actúan como ellos. Jesús les ordena: «no se lo impi-
A Juan y a los otros discípulos (protagonistas de esta dan». En definitiva les explica la verdadera intención
historia) les preocupa la competencia, el prestigio y el que se debe cultivar dentro del Reino: recibir, dar
oportunidades, dejar participar, no celar, no competir.
poder. Pareciera que las intenciones del corazón no
han cambiado demasiado en nuestro tiempo. Juan
expresa el sentir de todo el grupo; ensimismados tra-
tan de excluir a otros. Lo cierto es que Juan revela el
verdadero motivo de su queja. En el relato de Marcos, Jesús acepta a todos los que sirven con obras de mise-
entre el proceder de ellos, «se lo impedimos», y pos- ricordia y acciones de justicia en su nombre. En otras
palabras, nadie posee el monopolio en la misión o en
teriormente la orden de Jesús, «no se lo impidan»,
determinados ministerios. La lección es que debemos
aparece el motivo: porque no nos siguen, no son de
los nuestros. No realizan las mismas obras que noso- aprender a trabajar con todos aquellos que desarro-
llan una práctica redentora y a recibir agradecidos su
tros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a
nuestro séquito, a nuestra pauta cultural, a nuestros ayuda, su vaso de agua en nombre de Jesucristo. Ne-
parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente «no cesitamos aprender a recibirnos unos a otros y a reci-
nos pidieron permiso para esto». Parece que los discí- bir de otros. Jesús lo demostró cuando recibió un vaso
pulos no han entendido el modelo de recibir, aceptar de agua de la mujer samaritana. Cuando la posición
a otros, perdonar y amar. Se quedan detenidos o pre- de responsabilidad, o mal...
fieren excluir.
Un espíritu generoso