Se casó con Florencia Gamboa en 1958 y
tuvieron cuatro hijos: Oscar Eduardo, Leo-
nardo Enrique, Marcela Edith y Susana
Ruth. De ellos los Pereira García tienen 9
nietos. La hermana Florencia falleció en
1984, y Pereira se casó en segundas nup-
cias con Margarita Rojas, fiel compañera
que lo acompañó hasta su último respiro.
Escribió una vez: “Sepulté a mi primera
víctima en un cerro que huele a mar, en
Valparaíso Playa Ancha, la segunda me
sembrará en el primer Parque Del Recuer-
do, Recoleta de la capital”.
Sin duda, uno de sus grandes contribucio-
nes fue en el área teológico. Para muchos
teólogos y académicos, Pereira fue el
evangélico chileno más destacado no solo
en Chile, sino también en Latinoamérica.
Fue miembro fundador de la Fraternidad
Teológica Latinoamericana (FRATELA) en
1970, y profesor de Historia y Literatura
Hebrea en el Centro de Estudios Judaicos
de la facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Chile en los años 1971-
1979. Además, fue el único chileno que
colaboró con la traducción de la Biblia al
Castellano de la versión Reina Valera 1995
en la Sociedad Bíblica Unida, integró el
equipo de traducción de La Biblia Nueva
Versión Internacional de 1999 de la Socie-
dad Bíblica Internacional, y trabajó en la
revisión de la Reina Valera Actualizada de
Mundo Hispano en 1990. Sus escritos
incluyen varios libros, y más de cien ensa-
yos, artículos e investigaciones.
La larga trayectoria ministerial del pastor
Oscar Pereira está ligada más al Seminario
Teológico Bautista que cualquier otra área
ministerial. Pereira fue profesor del Semi-
nario por cerca de 60 años, donde destacó
como profesor de teología, historia de la
iglesia, Historia de los Bautistas, ética y
hebreo, entre otros. Fue instalado como
rector de la institución en 1999, cargo que
desempeñó hasta marzo de 2012. En el
año 2003 recibió el grado de Doctor Hono-
ris Causa en teología del Eastern Baptist
Theological Seminary en Filadelfia,
Pennsylvania, Estados Unidos, y en 2012
fue homenajeado por la Alianza Bautista
Mundial por sus muchas contribuciones a
la obra bautista en Latinoamérica.
Sin duda, Pereira tocó muchas vidas en
diferentes maneras. Muchos de los pasto-
res bautistas chilenos y líderes eclesiásti-
cos del mundo evangélico, llevan consigo
el legado que Pereira ha dejado. Lo despe-
dimos con el dolor de ver partir a un ser
querido, pero con gozo y agradecimiento
por su larga trayectoria en nuestra casa de
estudio, y por la forma que Dios lo usó
para tocar tantas vidas.
El pastor Pereira fue un mentor de mu-
chas generaciones. No solo es reconocido
en Chile y el exterior por su erudición bí-
blica, sino también por su personificación
de valores humanos como la humildad, la
verdad, la justicia, y el amor al prójimo.
Fue defensor de los derechos humanos a
su manera, y crítico de las injusticias socia-
les que se manifestaban en el contexto
político-social.
De izquierda a derecha: (1) junto a su
primera esposa y madre de sus hijos: Flo-
rencia. (2) acompañándonos en la última
reunión UNAPAB realizada en Julio pasa-
do. (3) siendo parte de la fundación de la
FTL, año 1970, (4) recibiendo un afectuo-
so saludo del pastor invitado Richard Se-
rrano (Ven), (5) junto a su amada Margari-
ta compañera de toda una vida.