Desafíos
del Chile
culturales
Reflexiones desde una mirada
teológica.
Pr. Juan Galleguillos C.
2da Iglesia Bautista Antofagasta
Región de Antofagasta.
Mg. Teología, (SITB, Arg)
E
n Chile, la muerte del líder (comunero) mapuche Cami-
lo Catrillanca en la zona de Araucanía los primeros días
de noviembre de este año ha venido a demandar, a lo
menos, de una reflexión teológica de aquellos que pro-
fesamos la defensa de la vida: “No matarás” Éxodo 20:13
Los vuelos de retorno de migrantes haitianos financiados por el
Estado chileno, y la no firma del Pacto Mundial de Migración
aprobado el pasado 10 de diciembre en Marrakech, Marruecos,
hace la misma demanda teológica a quienes profesamos bíblica-
mente la defensa de los extranjeros: “El extranjero que resida
con vosotros os será como un nacido entre vosotros, y lo amarás
como a ti mismo”. Levítico 19,34. Ambas temáticas estas teñidas
de un factor en común: Lo cultural.
El tema de la cultura siempre ha sido primordial a la hora de
establecer un discurso teológico que ha de buscar ser relevante
para la realidad a la que se dirige; y aun cuando no es fácil acer-
carse a un debate que está en plena ebullición mediática, se
hace necesario reflexionar teológicamente al respecto.
De lo Multicultural a lo Intercultural.
El verdadero desafío es pasar de lo multicultural a lo intercultu-
ral.
En la literatura se coincide en señalar el multiculturalismo y la
interculturalidad como las principales teorías que se han
desarrollado para dar respuesta, de diferente modo, a las
problemáticas e incertidumbres que emergen con la asunción
de la diversidad cultural.
El multiculturalismo se refiere a "la situación de las socieda-
des, grupos o entidades sociales en las que muchos grupos o
individuos que pertenecen a diferentes culturas viven jun-
tos”. Pecando de simplista, “multiculturalismo describe y
actúa en base a esa realidad”. La interculturalidad, por otro
lado, supone, la posibilidad de un encuentro igualitario entre
grupos diversos, mediante el diálogo entre distintas posicio-
nes y saberes, y la construcción conjunta de prioridades y
estrategias. El diálogo es, precisamente, la palabra clave de
esta línea argumentativa.
La multiculturalidad necesitaba de la interculturalidad, que
no es otra cosa que el respeto e igualdad entre los diferentes.
Implica diálogo, comprensión, paciencia, ceder, compartir el
espacio por partes iguales. Cada uno percibiendo la realidad a
su manera, pero tolerándose en un plano de igualdad. Es en
ese sentido que no basta solo con reconocer en el otro a un
diferente y actuar así en conciencia. Es necesario un paso
más allá. La biblia también infiere la idea de un Dios intercul-
tural.
Un ejemplo de esto lo encontramos en el Éxodo, tema central
de la revelación especial. El Señor esta con Israel en su opre-
sión y busca su liberación. Pero también la Biblia nos enseña
que otras culturas y pueblos vivieron “otros éxodos” como
parte del favor de Dios. Estos procesos de liberación también
fueron guiados por Dios. Así se declara en Amós: “Israelitas,
¿acaso ustedes no son para mí como cusitas? ¿Acaso no sa-
qué de Egipto a Israel, de Creta a los filisteos y de Quir a los
sirios? -Afirma el Señor¹.”