Enero 2019 Sígueme N°001 | Page 13

Desafíos del Chile culturales Reflexiones desde una mirada teológica. Pr. Juan Galleguillos C. 2da Iglesia Bautista Antofagasta Región de Antofagasta. Mg. Teología, (SITB, Arg) E n Chile, la muerte del líder (comunero) mapuche Cami- lo Catrillanca en la zona de Araucanía los primeros días de noviembre de este año ha venido a demandar, a lo menos, de una reflexión teológica de aquellos que pro- fesamos la defensa de la vida: “No matarás” Éxodo 20:13 Los vuelos de retorno de migrantes haitianos financiados por el Estado chileno, y la no firma del Pacto Mundial de Migración aprobado el pasado 10 de diciembre en Marrakech, Marruecos, hace la misma demanda teológica a quienes profesamos bíblica- mente la defensa de los extranjeros: “El extranjero que resida con vosotros os será como un nacido entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo”. Levítico 19,34. Ambas temáticas estas teñidas de un factor en común: Lo cultural. El tema de la cultura siempre ha sido primordial a la hora de establecer un discurso teológico que ha de buscar ser relevante para la realidad a la que se dirige; y aun cuando no es fácil acer- carse a un debate que está en plena ebullición mediática, se hace necesario reflexionar teológicamente al respecto. De lo Multicultural a lo Intercultural. El verdadero desafío es pasar de lo multicultural a lo intercultu- ral. En la literatura se coincide en señalar el multiculturalismo y la interculturalidad como las principales teorías que se han desarrollado para dar respuesta, de diferente modo, a las problemáticas e incertidumbres que emergen con la asunción de la diversidad cultural. El multiculturalismo se refiere a "la situación de las socieda- des, grupos o entidades sociales en las que muchos grupos o individuos que pertenecen a diferentes culturas viven jun- tos”. Pecando de simplista, “multiculturalismo describe y actúa en base a esa realidad”. La interculturalidad, por otro lado, supone, la posibilidad de un encuentro igualitario entre grupos diversos, mediante el diálogo entre distintas posicio- nes y saberes, y la construcción conjunta de prioridades y estrategias. El diálogo es, precisamente, la palabra clave de esta línea argumentativa. La multiculturalidad necesitaba de la interculturalidad, que no es otra cosa que el respeto e igualdad entre los diferentes. Implica diálogo, comprensión, paciencia, ceder, compartir el espacio por partes iguales. Cada uno percibiendo la realidad a su manera, pero tolerándose en un plano de igualdad. Es en ese sentido que no basta solo con reconocer en el otro a un diferente y actuar así en conciencia. Es necesario un paso más allá. La biblia también infiere la idea de un Dios intercul- tural. Un ejemplo de esto lo encontramos en el Éxodo, tema central de la revelación especial. El Señor esta con Israel en su opre- sión y busca su liberación. Pero también la Biblia nos enseña que otras culturas y pueblos vivieron “otros éxodos” como parte del favor de Dios. Estos procesos de liberación también fueron guiados por Dios. Así se declara en Amós: “Israelitas, ¿acaso ustedes no son para mí como cusitas? ¿Acaso no sa- qué de Egipto a Israel, de Creta a los filisteos y de Quir a los sirios? -Afirma el Señor¹.”