Enero 2019 Sígueme N°001 | Page 12

Mecanismos de Manipulación en las iglesias ...La profecía auténtica, como palabra viva del Señor para la Iglesia y las naciones, es un don precioso, muy importante y necesario para hoy, pero jamás debe pervertirse usándola como instrumento para manipular a la gente. Malos hábitos Algunos ejemplos más: Cuando reconocemos nuestra responsa- bilidad como pueblo de Dios y comenzamos a analizar lo que ocurre en la Iglesia, descubrimos muchos ejemplos de manipu- lación, algunos inconscientes o por costumbre pero otros con clara intención de engañar. Un problema, mayormente sin in- tención de manipular, es el abuso del Amén, tan extendido en casi todas las iglesias. Cuando se pregunta, «¿cuántos dicen Amén», se está presionando a la gente a expresar su acuerdo con lo expuesto, con lo que se reduce su posibilidad de discre- par o aun de asentir espontáneamente. Es una táctica para in- ducir al asentimiento artificial. Hoy día «la cultura del Amén» produce mucho daño a la iglesia. A veces uno ve en las congre- gaciones personas que vocean su «amén» antes de que el pre- dicador haya terminado la frase que está pronunciando, por lo que ignoran qué están afirmando con su amén. «Amén» es un signo de exclamación y nunca debe ser una pregunta con signo de interrogación. Igualmente cuestionable es la costumbre de exigir: «repita después de mí» o «diga a la persona que está a su lado tal o cual cosa». Es tratar al público como a tontos, inca- paces de pensar con su propia cabeza. A veces llega hasta lo ridículo. Una vez oí a un predicador exclamar «¡Wow!» y des- pués: «Repitan todos conmigo: ¡Wow!». ser fieles a la palabra de Dios y darles a ellos la oportunidad de oírla. En ese sentido, Bernard Ramm ha escrito: «el ministro debe tratar su texto exegéticamente antes de tratarlo homiléti- camente» (Hermenéutica, T.E.L.L. 1976). Utilizar las Escrituras en servicio del éxito personal u otros intereses es manipular el texto sagrado. Utilizar las Escrituras en servicio del éxito personal u otros intereses es manipular el texto sagrado. Conclusión: Frente a sus rivales y detractores en Corinto, que desconocían su apostolado y preferían la elocuente retórica de Apolos (1Co 1.12; 3.4–6; 4.6; Hch 18.24–19.1), Pablo no responde desde una posición de poder sino de una impresionante sinceridad y vul- nerabilidad: «Cuando fui a vosotros para anunciaros el testimo- nio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabidu- ría....Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y Sofocar lo espontáneo temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras per- En la misma categoría ubicaría el «den un buen aplauso para el suasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíri- Señor». Si vamos a aplaudir o vamos a exclamar «amén», debe tu y poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría nacer con espontaneidad de nuestros corazones, no por mani- de los hombres sino en el poder de Dios». (1Co 2.1–5). Estas pulación ni por costumbre ciega. Muchas veces hoy día se em- palabras, que llegan hasta la motivación más profunda del após- plea música de trasfondo durante el sermón o la invitación final tol, revelan dos cualidades que deben caracterizar a todo siervo para crear un ambiente o un «mood». Es manipulación. La res- y sierva de Dios: humildad e integridad. Ese carácter, y esas acti- puesta debe nacer del poder de la Palabra misma y del Espíritu tudes, jamás permitirían una vida de manipulación. Gracias a Santo, no del talento del tecladista. Dios, ha habido y hay muchos miles de personas cuyas vidas y ministerios son auténticos y fieles. Aun en alguien tan famoso y Mucho se manipula a la gente durante la invitación evangelísti- «exitoso» como Billy Graham, y con todos sus defectos y erro- ca. Cantar «Tal como soy» treinta y cinco veces es sugestión y res, encontramos esa humildad básica y una profunda integri- manipulación. Hace muchos años escuché a un famoso evange- dad. Con tristeza tenemos que reconocer que los valores del lista apremiar: «Levante su mano, nadie lo está mirando, no le mundo de hoy se han infiltrado en la iglesia, tanto en los predi- voy a pedir nada más»: para luego presionar: «Ahora, no yo, cadores y líderes como en los creyentes en las bancas. Entre los sino el Espíritu Santo, le pide a usted pasar adelante al altar». famosos predicadores, en sus megaiglesias y sus programas de Personalmente creo inconveniente ofrecer obsequios, como por televisión, con todo su éxito, resulta mucho más difícil encon- ejemplo un libro, a todos los que pasen adelante. Es excelente trar los grandes valores espirituales de los gigantes del pasado. dárselo, pero contraproducente anunciarlo, porque muchos pasarán adelante solo por lo ofrecido. Aunque, gracias a Dios, existen excepciones muy notables, mu- chas (diría que la mayoría) de estas personalidades públicas parecen soberbias, con la arrogancia que les otorga su «éxito». Torcer las Escrituras Como ejemplo final, es conveniente mencionar cómo se mani- Muchos también dan la impresión de estar jugando algún papel, pulan las Escrituras para que la gente exprese lo que el predica- más como actores de teatro que como siervos del Señor de se- dor quiere o lo que ayude más a su sermón. A veces buscamos ñores. ¡Cómo quisiera estar equivocado en este análisis tan po- co halagador! De todas maneras, la iglesia de hoy necesita mu- la traducción más amable o que se ajuste más a nuestro con- cepto, en vez de la más fiel. La meta principal de todo sermón, cha oración. sea doctrinal o evangelístico, no es impactar a los oyentes sino