Depósito legal AR2017000223
Número 10065
En Redes Ceilac
Año 2. No. 3
Junio, 2018
generar transformaciones curriculares que vertieran la atención del sistema
educativo en el estudiante, como centro del quehacer docente.
En este sentido, Riesco (2008), manifiesta que las competencias “…son una
combinación de conocimientos, habilidades (intelectuales, manuales, sociales,
etc.), actitudes y valores…” (p. 68). En síntesis, un conjunto de destrezas que se
van fortaleciendo en el tiempo y que permiten la formación del individuo desde
una visión integral, toda vez, que no considera un solo aspecto o área, sino que
integra todos los saberes que se van propiciando de forma continua y que a su
vez se van enriq ueciendo con nuevas vivencias.
En este orden de ideas, García y López (2010), expresan que las competencias,
pasan a constituir “…una corriente de renovación curricular que incide en la
necesidad de concretar y medir en logros observables… los aprendizajes
alcanzados por los estudiantes “(p. 6). Partiendo de la descripción de los
procesos, en vez de solo someterse a cuantificarlos, sin que ello implique conocer
la realidad verdadera del aprendizaje, ni mucho menos ubicar al estudiante como
el eje central de la actividad educativa.
¿En qué consiste la evaluación por competencias?
Luego de conocer por separado el significado e importancia de la evaluación en el
hecho educativo y las consideraciones relacionadas con las competencias que
deben ser abordadas por los docentes, Fernández (2010), afirma que la
evaluación en la formación por competencias “…pasa por considerar que el objeto
de la evaluación no son sólo los conocimientos adquiridos sino… las
competencias desarrolladas por los estudiantes” (p. 24). En decir, no basta con
que los estudiantes conozcan de uno o varios temas, sino que eso que conocen
lo lleven a su práctica diaria, constituyendo con ello el desarrollo de una habilidad
que se fortalecerá en el tiempo y que no será olvidada. En ese aspecto, la
investigadora, propone ver la evaluación de competencias como un planteamiento
video gráfico y no fotográfico. Pues, “no se trata tanto de emitir un juicio al final del
trayecto como de seguir la progresión del desarrollo de competencias” (p. 26).
La evaluación de competencias se basa entonces en el acceso a fuentes
múltiples y variadas de información con el fin de determinar si los estudiantes han
alcanzado el nivel esperado de desarrollo de competencias, así como un grado
suficiente de dominio de los recursos vinculados a cada competencia.
Procesos de la enseñanza y el aprendizaje; una visión desde la UNESCO
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), en trabajo conjunto con el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación
de la Calidad de la Educación (LLECE), en el año 2008, unificaron esfuerzos para
una interesante indagación en los procesos evaluativos que con base a los
aprendizajes y la enseñanza se estaban ejecutando en América Latina y el Caribe
con miras a fortalecer la calidad educativa, llegando a importantes reflexiones,
para constatar la necesidad de trasformar sustantivamente los modelos
evaluativos implementados en la región, buscando con ello el establecer procesos
coherentes, fundamentados en expectativas de calidad.
En este sentido, la UNESCO (2008), establece cinco dimensiones que considera
esenciales para el abordaje de la enseñanza y el aprendizaje, tales como: la
equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia, todas con miras a un
proceso de evaluación que centra la atención en el estudiante como el
protagonista de la acción educativa, conjuntamente con el docente para alcanzar
la calidad educativa, es necesario reflexionar acerca de los siguientes aspectos:
Equidad, Relevancia, Pertinencia, Eficacia y Eficiencia.
Adicionalmente, la UNESCO (2008), hace hincapié en que el reto para
Latinoamérica y el Caribe reside en construir y fortalecer sistemas de evaluación
que “…abarquen diferentes ámbitos de los sistemas educativos y generen
información significativa que permita identificar aquellos aspectos que están
limitando el aprendizaje y la participación de los estudiantes, el desarrollo de las
instituciones educativas y del funcionamiento del sistema educativo” (p. 12). Para
garantizar que los procesos de enseñanzas y de aprendizajes, reúnan los
planteamientos actuales, que establecen o connotan su interés en el logro de
competencias, más que solo rendir en niveles de contenidos programáticos, por la
vía tradicionalista que los sistemas educativos venían desarrollando.
Recibido
Abril, 2018
Aceptado Páginas
Mayo, 2018 5
Por lo que, la evaluación debe dejar de ser asumida por algunos grupos de
docentes como una forma de expresar y demostrar su poder, o en el peor de los
casos utilizada a la ligera sin valorar su implicación en la formación integral del
estudiante, ya que sin lugar a dudas, los resultados de la evaluación, será el eje
que pudiese centrar la mirada del educando para luego desde una visión interna,
reconocer o no su significado y la manera como ella formará parte de su
desarrollo en lo académico, social, afectivo, espiritual, cultural, etc.
Procesos Evaluativos contemplados en México
De acuerdo a lo acotado por, Schmelkes (2010), y en referencia a México, la
evaluación es una habitual, donde “el problema es que sólo se evalúa, no se
monitorea. La evaluación sin monitoreo no permite mejorar la calidad, solamente
constatar su presencia o ausencia. La clásica inspección, basada en el análisis de
los resultados…” (93). Que por concentrar su atención en mirar o valorar solo los
datos que arroja la evaluación, no se da la posibilidad de visualizar todos los
elementos que se puedan presentar para un mejor proceso educativo.
Es por ello, que la autora antes mencionada, indica que “la evaluación es
importante, pero sólo es útil para mejorar cuando se la combina con el monitoreo.
Desde la perspectiva de la filosofía de la calidad, se evalúa con el resultado, pero
no por el resultado” (p. 93). Pues, según manifiesta, “no es posible evaluar a las
personas simplemente por su desempeño final, medido a través de pruebas de
aprendizaje. Hay que considerar qué pasos se han seguido para mejorar estos
resultados” (p. 93). Lo que conlleva a un registro sistemático del proceso que
experimenta cada estudiante, para posteriormente poder obtener una información
más vinculada con la realidad y luego, partiendo de las debilidades detectadas,
ejecutar estrategias y actividades pedagógicas que complemente o fortalezca el
conocimiento adquirido o por adquirir.
De no considerarse, los aspectos mencionados, se podría decir que estar en
presencia de una mera inspección que no hurga, no profundiz a en el proceso en
sí, sino que se limita a un número o a una letra que sugiera un nivel de
asimilación de contenidos, siendo para Schmelkes (2010), más importante “…el
control de los procesos, a fin de que los alumnos puedan pasar sin tropiezos por
ellos. La evaluación verifica si los procesos modificados contribuyeron o no al
logro de mejores resultados” (p. 93).
Procesos Evaluativos contemplados en Honduras
Con base a lo indicado por la Secretaría de Educación de la república de
Honduras (2013), a través de la Sub-Secretaría de Asuntos Técnicos
Pedagógicos y la Dirección General de Evaluación de la Calidad de la Educación,
estableció una serie instrucciones con miras a garantizar y fortalecer un proceso
de evaluación de los aprendizajes y para los aprendizajes, centrada en la
formación de los estudiantes enfatizando en el uso del conocimiento, lo que
permitió definir las expectativas de logro, “…los estándares y las competencias,
según el nivel educativo, como los saberes deseables, obligatorios e
irrenunciables que todos los hondureños deben alcanzar durante su trayecto por
el Sistema Nacional Educativo” (p. 3). De lo que se puede deducir, que estos
saberes deseables, guardan estrecha relación con las necesidades e intereses de
los educandos, y relegando su importancia a ellos como base indispensable del
acontecer educativo.
Ante una evaluación permanente y continua, que contribuya al desarrollo integral
y sostenido de los estudiantes; para constituir una oportunidad más para seguir
aprendiendo. Esto demuestra el interés que tiene el Gobierno de Honduras por
establecer datos de manera constante, que una vez organizados se convierten en
información útil para emitir juicios valorativos en referencia a los logros logrados
por los colegiales. Para con ello tomar decisiones oportunas y lo más ajustadas
posible, a efecto de garantizar los resultados anhelados por la sociedad
hondureña.
Procesos Evaluativos contemplados en Colombia
Con base a lo manifestado por Ferrer (2006), en relación a los procesos
evaluativos que se emplean en Colombia, señala que:
Las escuelas del Distrito Capital orientan su trabajo en función de los
marcos curriculares nacionales. Sin embargo, dada la amplitud del
universo de conocimientos prescritos en esos referentes, la
Secretaría de Educación local optó por definir un conjunto de
competencias básicas que clarificaran las expectativas de aprendizaje
en cuatro áreas de conocimiento disciplinar. (p. 160).
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