Por la sabiduría de la Ley, por el poder invencible de la Ley, por el vigor de la
salud, por la gloria del Padre Celestial y la Madre Tierra y por todas las
bendiciones y remedios de la séptuple Paz, adoremos a los santos ángeles y
que todos sus esfuerzos y comuniones sean para ellos, porque son ellos los que
nos convierten en seres bondadosos a los ojos del Padre Celestial.
La Ley se cumple de acuerdo con los ángeles, que son seres luminosos y puros,
que con el brillo de sus miradas realizan sus deseos, con poder y señorío, pues
ellos son seres puros e inmutables y ellos son siete en número y todos los siete
tienen un solo pensamiento, son siete en número y todos los siete hablan un
solo idioma, son siete en número y todos los siete realizan una sola acción.
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