Mirad hacia el arco iris y alabad al que lo hizo; muy hermoso es su brillo, pues
circunda los cielos con un círculo glorioso y las manos del Altísimo lo han
trazado.
Por Su Ley El hace que la nieve caiga rápido y envía prontamente los rayos de
sus mandatos, así como se abren los tesoros y las nubes vuelan como aves.
Por Su gran poder, El hace que las nubes permanezcan y se desprenda el
granizo. Con Su mirada sacude las montañas y el viento del sur sopla por Su
voluntad.
El ruido del trueno hace temblar la tierra, lo mismo que la tormenta que viene del
norte y el viento huracanado.
Así como vuelan los pájaros, El dispersa la nieve y el ojo se maravilla por la
blancura de ésta y el corazón se asombra al ver caer la lluvia. Así los cielos
proclaman la gloria de Dios y el firmamento muestra la obra de Sus manos.
¿Quién hizo las aguas? ¿Y quién las plantas? ¿Quién sometió las nubes
tormentosas a la dirección del viento? ¿Quién creó los vientos que pasan
rápido? ¿Y los que pasan aún más rápido? ¿Quién, oh Padre Celestial es el
creador de la Ley Santa que está dentro de nuestros espíritus?
¿Quién hizo la Luz y las tinieblas? ¿Quién hizo el sueño y el buen ánimo que se
siente en las horas de vigilia? ¿Quién le dio su ruta inalterable al sol y a las
estrellas, para que fuesen y viniesen periódicamente?
¿Quién estableció la Ley según la cual la luna crece y disminuye? ¿Quién sino
Tu, Padre Celestial, ha hecho estas cosas gloriosos. Señor, Tu has sido nuestro
lugar de habitación durante todas las generaciones; antes de que las montañas
fuesen hechas, o aún antes de que Tu hubieses formado la Tierra y el universo,
aún desde siempre y por siempre, Tu eres la Ley.
Tu nombre es Entendimiento, Tu nombre es Sabiduría, Tu nombre es El
Bondadoso, Tu nombre es El Invencible, Tu nombre es El Que Hace Justicia
Verdadera, Tu nombre es Aquel que da La Salud, Tu nombre es el Creador, Tu
eres el Defensor, Tu eres el Creador y el Preservador, Tu eres el Espíritu que
Discierne, Tu eres La Ley Santa.
Estos nombres fueron pronunciados antes de la creación de los cielos, antes
que las aguas y las plantas fuesen creadas, antes del nacimiento de nuestro
Patriarca Enoch.
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