ELEVANGELIO DE LOS ESENIOS | Page 87

Ellos son los mensajeros del Angel del Trabajo; la Ley Santa está revelada en ellos. Oh Padre Celestial, cuán múltiples son Tus obras. A todas has hecho con Tu Sabiduría, la Tierra está llena de Tus riquezas. Tu hiciste que brotaran las fuentes de agua en los valles y éstas corren entre las colinas; Tu le das de beber a todas las bestias del campo y haces que la hierba crezca para el ganado. Tu plantaste en su sitio los árboles gigantescos, para que los pájaros del cielo pudiesen tener en ellos su habitación y volar suavemente entre sus ramas. Tu das las legumbres para que éstas beneficien al hombre y para que él pueda obtener alimento de la tierra. Todas Tus dádivas producen fruto en las manos de los hermanos, porque ellos están construyendo sobre la tierra el Reino de los Cielos. Abres Tus manos y ellos se llenan de bienestar. Exhalaste Tu espíritu y ellos fueron creados y en compañía con los santos ángeles renovarán la faz de la tierra. Oh Padre Celestial, Tu, quien eres la verdadera unidad, dile a los Hijos de la Luz cuál es el primer lugar donde la tierra siente gran júbilo. El Padre Celestial responde y dice: Es el lugar por donde camina uno de los hermanos que siguen la Ley Santa, llevando sus buenos pensamientos, sus palabras bondadosas y sus buenas acciones. Y cuya espalda es fuerte para el servicio, cuyas manos no permanecen ociosas y que levanta su voz en total armonía con la Ley. Es santo el lugar donde uno de los hermanos siembra la mayor parte de cereal, hierba y frutos. Es santo el lugar donde El moja el suelo que está seco o donde El seca el lugar que está demasiado húmedo. Porque la Tierra ha sido entregada a la custodia de los Hijos de la Luz, para que la valoren y la guarden con cuidado y traigan de sus profundidades solo aquello que sirve para alimentar el cuerpo. Benditos son los Hijos de la Luz, porque su alegría está en trabajar de acuerdo con la Ley, porque durante el día trabajan en el Jardín de la hermandad y en la noche se reúnen con los ángeles del Padre Celestial. De sus labios se escucha una historia que sirve como enseñanza a los Hijos de los Hombres. 87