Ellos me han enviado para aliviar a los afligidos, para proclamar la libertad de los
cautivos y abrir la prisión a los que están encadenados; para confortar a todos
los que están sufriendo, para enviarles el Santo Angel del Regocijo, para darles
belleza en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de lamentos, para darles la
vestidura de la Luz en vez de la aflicción, porque el llanto puede durar una
noche, pero el regocijo vendrá por la mañana.
La gente que camina en las tinieblas, verá una gran Luz y en cuanto a los que
habitan en la tierra que está cubierta por la sombra de la muerte, sobre ellos
brillará la Luz de la Ley Santa.
Descienden oh cielos y derramad regocijo.
Que la gente triste salga con alegría y sea guiada por la Paz. Que las montañas
y las colinas salten cantando antes que ellos, para que puedan participar de la
Santa Celebración y comer el fruto del Arbol de la Vida, que está en el Mar
Eterno.
El sol no dará mas luz para el día, ni tampoco dará su brillo, ni la luna les dará
luz. Pero la Ley será para ellos una luz eterna y el Padre Celestial y la Madre
Tierra serán gloria eterna de ellos. El sol que ellos ven, ya no bajará más, ni
saldrá la luna que ellos ven, porque la Ley será para ellos una luz eterna y los
días de su lamento se acabarán.
Yo me regocijo mucho en la Ley Santa y mi espíritu se gozará en los ángeles,
porque ellos se vistieron con ropajes de Luz, ellos me cubrieron con túnicas de
júbilo.
Así como la tierra da sus capullos, así como el jardín hace que broten sus
semillas, así el Padre Celestial hará que la Ley Santa brote con alegría y júbilo
ante todos los Hijos de la Luz.
En el Jardín de la Hermandad, toda la tierra brilla con santidad y júbilo
abundante, porque en ellas están sembradas las semillas de la Ley Santa. La
Ley para los Hijos de la Luz, es el mejor de los bienes.
Ella les da brillo y gloria y salud y fortaleza para el cuerpo, ella les da una larga
vida en comunión con los ángeles y gozo eterno e infinito.
Cantaremos al Padre Celestial y a la Madre Tierra y a todos los ángeles, durante
el tiempo que vivamos en el Jardín de la Hermandad; cantaremos alabanzas a la
Ley Santa por siempre y siempre.
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