Buscad pues el Angel de la Paz, que él es como la estrella de la mañana en
medio de una nube, como la luna llena, como el hermoso olivo empezando a dar
fruto y como el sol brillando sobre el Templo del Altísimo.
La paz mora en el corazón del silencio: Serénate y reconoce, soy Dios.
La SEPTIMA COMUNION es con el Padre Celestial, quien es, quien fue y
quien será por los siglos de los siglos.
Oh Gran Creador, Tu eres mi refugio y mi fortaleza. Tu eres desde la eternidad,
Señor, Tu has sido nuestra morada en todas las generaciones. Antes de que las
montañas fueran creadas, desde siempre, tu formaste la tierra por los siglos de
los siglos, Tu eres Dios.
¿Quién ha hecho las aguas y quién hace las plantas? ¿Quién ha atado al viento,
los nubarrones, los veloces e incluso los más veloces? ¿Quién oh Gran
Creador?¿está la fuente de Vida Eterna dentro de nuestras almas? ¿Quién ha
hecho la luz y las tinieblas? ¿Quién ha hecho el sueño y el entusiasmo del
despertar? ¿Quién esparció los atardeceres y la medianoche? Tu oh Gran
Creador. Tu has hecho la tierra por tu poder, has creado el universo por tu
sabiduría y has extendido los cielos por tu Amor.
Si, Tu revelas en mi oh Padre Celestial, tu naturaleza, que es el poder de los
ángeles del Reino Santo.
La inmortalidad y la Orden Celestial tu has dado, oh Creador y lo mejor de todas
las cosas, tu Ley Santa. Alabaré tus obras con cánticos de acción de gracias,
continuamente, en todas las generaciones del tiempo.
Al llegar el día abrazo a mi Madre, al llegar la noche me uno a mi Padre y con la
llegada del atardecer y de la mañana respiraré tu Ley y no interrumpiré estas
comuniones hasta el fin de los tiempos.
Y en el cielo y la tierra hubo gran silencio y la Paz del Padre Celestial y de la
Madre Tierra brilló sobre las cabezas de Jesús y de la multitud.
LA SEPTUPLE PAZ.
Y viendo a la multitud, Jesús subió a una montaña y sus discípulos vinieron a El
y todos ansiaban sus palabras. Viéndolos reunidos, él abrió su boca y les
enseñó diciendo:
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