ELEVANGELIO DE LOS ESENIOS | Page 57

 La SEXTA COMUNION es con el Angel del Regocijo; El, que desciende sobre la tierra para dar belleza a todos los hombres. Ya que el Señor no se adora con tristezas ni con gritos de desespero; dejad vuestros gemidos y lamentaciones y cantad al Señor un nuevo cántico, cantad al Señor toda la tierra, que los cielos se regocijen y la tierra se alegre, que los campos estén jubilosos y que las aguas se agiten, que todos los montes estén gozosos delante del Señor. Para que vayáis con alegría y estéis en paz, las montañas y las colinas se abrirán delante de vosotros en cánticos. Angel del Regocijo, mensajero de la Madre Terrenal, cantaré al Señor mientras viva, entonaré alabanzas a mi Dios en toda mi existencia.  La SEPTIMA COMUNION es con nuestra Madre Terrenal. Ella, quien envía sus ángeles para guiar las raíces del hombre y los envía a lo más profundo de la tierra bendecida. Invocamos a la Madre Terrenal, la protectora santa, la defensora. Es Ella quien restablecerá el mundo, la tierra es suya y la plenitud de la tierra, el mundo y todos lo que moran en él. Adoramos la buena, la fuerte, la bondadosa Madre Terrenal y a todos sus ángeles generosos, valientes y plenos de energía, fuente de bienestar, benévola y fuente de salud. A través de tu brillantez y gloria las plantas germinan en la tierra en las eternas primaveras. A través de tu brillantez y gloria los vientos soplan, precipitando las nubes hacia las fuentes inagotables. La Madre Tierra y yo somos uno. Tengo mis raíces en Ella y Ella se complace en mi en concordancia con la Ley Santa. Entonces hubo un gran silencio, mientras la muchedumbre reflexionaba las palabras de Jesús. Y hubo nueva energía en ellos y el deseo y la esperanza brillaban en sus rostros. Y luego un hombre dijo: Maestro, estamos llenos de júbilo para comenzar nuestra comunión con los ángeles de la Madre Terrenal quien sembró los grandes jardines de la tierra. Pero ¿Y los ángeles del Padre Celestial que rigen la noche? ¿Cómo caminaremos hacia ellos si están tan lejos de nosotros y son invisibles a nuestros ojos? Pues podemos ver los rayos del sol, sentir el agua fresca de la corriente donde nos bañamos, y las uvas son cálidas a nuestro paladar cuando se maduran en las vides. Pero los ángeles del Padre Celestial 57