Las comuniones son catorce en número, los ángeles del Padre Celestial son
siete en número y los ángeles de la Madre Tierra son siete en número. Y como
las raíces de los árboles cavan en la tierra y son nutridos, y las ramas de los
árboles levantan sus brazos al cielo, así es el hombre, como el tronco del árbol
con sus raíces profundas en el corazón de la Madre Terrenal y su espíritu
ascendiendo a las estrellas brillantes de su Padre Celestial. Y las raíces del
árbol son los ángeles de la Madre Terrenal y los brazos del árbol son los
ángeles del Padre Celestial y este es el Sagrado Arbol de la Vida que crece en
el Mar de la Eternidad.
La PRIMERA COMUNION es con el Angel del Sol, el que viene cada
mañana, como una doncella de su cámara, para derramar su Luz dorada sobre
el mundo.
Oh tu, inmortal, brillante, corcel veloz, Angel del Sol. No hay calor sin ti, no hay
vida sin ti. El verde de los árboles sale para adorarte y es a través de ti como el
diminuto grano de trigo se convierte en un río de espigas doradas mecidas con
el viento. A través de ti se abre la flor en el centro de mi cuerpo. Por eso nunca
deseo ocultar lo que hay en mi, procedente de ti.
Angel del Sol, mensajero santo de la Madre Terrenal, entra en el Templo Santo
dentro de mi y dadme el Fuego de Vida.
La SEGUNDA COMUNION es con el Angel del Agua. El que hace que la
lluvia caiga sobre las llanuras áridas, quien llena la fuente seca hasta desbordar.
Si, te adoramos Agua de Vida.
Desde el Mar Celestial las aguas corren y fluyen de las fuentes inagotables. En
mi sangre fluyen mil fuentes puras, vapores, nubes y todas las aguas que se
esparcen sobre los Siete Reinos.
Todas las aguas que el Creador ha hecho son santas. La voz del Señor está
sobre las aguas, el Dios de Gloria se hace sentir; el Señor está sobre muchas
aguas.
Angel del Agua, mensajero santo de la Madre Terrenal, e