Pero ellos estaban avergonzados como para contestarle el saludo, pues cada
uno a su manera le había dado la espalda a las Sagradas Enseñanzas y los
ángeles de la Madre Terrena y del Padre Celestial no estaban con ellos. Un
hombre –mirándolo apenado, le dijo: Maestro, estamos urgidos de tu Sabiduría;
pues nosotros sabemos que es lo bueno y aún seguimos en el mal. Sabemos
que para poder entrar en el reino de los cielos debemos caminar con los ángeles
del Día y de la Noche y todavía nuestros pies transitan por los caminos de lo
maligno. La luz del día brilla únicamente en la búsqueda de nuestro placer y la
noche cae sobre nuestro inconsciente letargo. Dinos, Maestro, ¿cómo podemos
hablar con los ángeles y permanecer dentro de su círculo santo, para que la Ley
pueda arder en nuestros corazones con llama constante?
Y Jesús les habló: No es fácil elevar vuestros ojos al cielo cuando todos los ojos
de los hombres están pegados a la tierra. Adorar a los pies de los ángeles –
cuando todos los hombres adoran únicamente la fama y las riquezas, no es fácil.
Pero lo más difícil de todo es tener los pensamientos en los ángeles, hablar las
palabras de los ángeles y hacer lo que los ángeles hacen.
Y un hombre dijo: Pero Maestro, nosotros somos solo hombres, nosotros no
somos ángeles. ¿Cómo entonces podemos esperar andar por sus caminos?
Dinos que debemos hacer.
Y Jesús les dijo: Como los hijos heredan la tierra de su padre, así nosotros
hemos heredado una Tierra Santa de nuestros padres. Esta tierra no es un
campo para ser arado, sino un lugar dentro de nosotros donde podemos
construir un Templo Santo, e incluso como un templo debe ser levantado piedra
a piedra; con voluntad Yo doy a vosotros estas piedras para la construcción del
Templo Santo, aquel que hemos heredado de nuestros padres y sus padres de
sus padres.
Y todos los hombres se reunieron alrededor de Jesús y sus rostros brillaban con
el deseo de oír las palabras que venían de sus labios. Y El levantó su rostro
hacia el sol naciente y el esplendor de sus rayos llenaron sus ojos cuando habló:
El Templo Santo puede ser construido únicamente con las comuniones antiguas,
aquellas que se hablan, aquellas que se piensan y aquellas que se viven; pues
si ellas se hablan únicamente con la boca, son como una colmena que las
abejas han abandonado y no da más miel. Las comuniones son como un
puente, puede ser construido únicamente con paciencia, así como se construye
un puente sobre el río, piedra por piedra a medida que se encuentran por las
orillas del agua.
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