padre. Permite, Señor, que les de otras leyes, a fin de que no perezcan. Si no
pueden estar contigo, Señor, al menos permite que no estén en contra de ti para
que se sustenten y cuando el tiempo haya llegado y estén listos para tus
palabras, les reveles tu Ley.
Por esta razón, Moisés quebró las dos tablas de piedra donde estaban escritos
los diez mandamientos y les dio diez veces diez mandamientos en su lugar. Y
de estos diez veces, los Fariseos y los Escribas, hicieron cien veces diez
mandamientos. Y ellos han puesto sobre vuestros hombros pesadas cargas
(N.E.: incluso en el desarrollo actual de tal sistema al condicionar con tributo –
paralelo y adicional al del "César", hasta ritos realizados por Jesucristo sin
interés distinto al de ayudar a las almas para expresarse mejor en la
personalidad física, sirviendo al Plan Divino. Lo básico, nunca le faltó al Cristo)
que ellos mismos no pueden llevar. Pues entre más cerca estén los
mandamientos a Dios, menos necesitamos. Por lo cual, las leyes de los Escribas
y Fariseos, son innumerables.
Las Leyes de los Hijos de los Hombres son Siete, las de los Angeles Tres y la de
Dios Una.
Así que os enseño solo aquellas leyes que podéis recibir y comprender, para
que seáis hechos hombres y sigáis las siete leyes del Hijo del Hombre. Entonces
también los Angeles revelarán sus leyes a fin de que el Espíritu Santo de Dios
descienda sobre vosotros y os conduzca a su Ley.
Y todos estaban atónitos de su sabiduría y le pedían diciéndole: Continúa
Maestro y enséñanos todas leyes que podamos recibir.
CAPITULO XXIV.
Jesús continuó:
Dios ordenó a vuestros padres: No matarás, mas su corazón se endureció y
mataron. Entonces Moisés deseó que ellos, al menos, no mataran hombres y les
permitió que matasen animales, entonces el corazón de vuestros padres se
endureció aún más y mataban tanto hombres como bestias. Mas yo os digo:
No matéis ni hombres ni bestias, ni aún la comida que pasa por vuestra boca.
Porque si coméis alimentos vivos, los mismos os vivificarán. Mas si matáis
vuestros alimentos, los alimentos muertos os matarán también. Porque la vida
viene solamente de la vida y de la muerte siempre viene la muerte.
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