volvió su hijo, le dijo: Hijo mío ¿Veis cuán fácil es contraer deudas por siete
años, con una vida licenciosa? Pero su pago, con siete años de trabajo, es
difícil.
Padre, es en verdad difícil aún en siete días.
Por esta única vez se os ha permitido pagar vuestras deudas en siete días en
vez de siete años. El resto se os ha perdonado. Pero ten entendido, en lo futuro
no contraerás mas deudas. Porque en verdad os digo, nadie sino tu padre
perdona tus deudas. Porque sois su hijo.
Porque con todo eso hubierais tenido que trabajar durante siete años, según
manda nuestra ley.
Padre mío, en lo sucesivo, seré tu obediente y amante hijo y no incurriré mas en
deudas. Pues se que pagarlas es difícil.
Y se fue a las propiedades de su padre y pasaba los días vigilando a los
trabajadores de su padre. Y fue considerado con sus obreros, jamás les hizo
trabajar en exceso, pues siempre recordaba lo duro que había trabajado.
Y pasaron los años y las posesiones de su padre aumentaban más y más bajo
su dirección. Porque la bendición de su padre estaba sobre su trabajo. Y poco a
poco devolvió a su padre diez veces mas de lo que había despilfarrado en los
siete años.
Y cuando su padre vio que su hijo dirigía bien a sus siervos y administraba sus
posesiones bien, le dijo:
Hijo mío, veo que mis posesiones están en buenas manos. Os doy todo mi
ganado, mi casa, mis tierras y mis posesiones. Todo será vuestra heredad.
Continúa prosperando para que así yo tenga gozo en vos.
Y cuando el hijo hubo recibido la herencia de su padre, él perdonó a sus
deudores todo aquello que no le podían pagar. Pues no olvidó que sus deudas
le habían sido perdonadas, cuando no las pudo pagar.
Y Dios le bendijo con larga vida, con muchos hijos y muchas riquezas. Porque
fue bondadoso con todos sus criados y con todos sus animales.
CAPITULO XV.
Entonces volviéndose Jesús a los enfermos dijo:
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