contra lo que me ha sucedido o deseado que sea de otra manera? ¿He deseado
quebrantar Tu Ley?
Tu me has dado la vida, te agradezco por lo que me has dado; puesto que he
utilizado las cosas que son tuyas, estoy satisfecho. Tómalas de nuevo y
colócalas donde mejor dispongas, pues tuyas son todas las cosas, aún hasta la
eternidad.
Sabed vosotros que ninguno puede servir a dos señores; no puedes desear
tener las riquezas del mundo y tener también el Reino de los Cielos. No puedes
desear poseer tierras y ejercer poder sobre los hombres y tener también el
Reino de los Cielos.
Riquezas, tierra y poder, estas cosas no pertenecen a ningún hombre, pues
ellas son del mundo, mas, el Reino de los Cielos es tuyo siempre, ya que está
dentro de ti. Y si buscas y deseas lo que no te pertenece, seguramente,
entonces, perderás lo que es tuyo. Sabed vosotros y en verdad os digo, que
nada se da ni se tiene inútilmente; pues todas las cosas en el universo de los
hombres y los ángeles tienen precio. El que desea reunir riquezas y opulencias
debe ir de un lado a otro, rendir pleitesía a aquellos que no lo merecen,
destruirse en fatiga en la casa de otros hombres, decir y hacer muchas cosas
falsas, dar presentes de oro y plata y aceites perfumados. Todo esto y más debe
hacer un hombre para reunir riqueza y lucro y cuando las has conseguido, ¿qué
tiene entonces?
Esta riqueza y poder ¿te asegurarán la liberación del temor?, ¿una mente en
paz?, ¿pasar el día en compañía de los ángeles de la Madre Tierra?, ¿pasar la
noche en compañía de los ángeles del Padre Celestial? Esperas inútilmente,
¿tener cosas tan grandes? O estimará al uno y despreciará al otro. No podéis
servir a Dios y también al mundo. Acaso tu fuente se seca, tu aceite precioso se
derrama, tu casa se quema, tus cosechas se marchitan o tratas lo que te sucede
con Sabiduría y Amor.
Las lluvias llenarán de nuevo la fuente, las casas se construirán de nuevo,
semillas nuevas se sembrarán; todas estas cosas pasarán y vendrán de nuevo y
pasarán aún otra vez. Mas el Reino de los Cielos es eterno y no pasará. No
cambiéis entonces, lo que es eterno por lo que muere en una hora.
Cuando los hombres te pregunten a qué país perteneces, no digas que eres de
éste o aquel, pues en verdad, solamente el cuerpo inferior es el que nace en un
pequeño recodo de esta tierra. Pero tu, oh Hijo de la Luz, perteneces a la
Hermandad que comprende todos los cielos y más allá. De tu Padre Celestial ha
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