ELEVANGELIO DE LOS ESENIOS | Page 132

Id entre los Hijos de los Hombres y habladles de la Ley Sagrada, para que de este modo ellos puedan salvarse y entrar en los reinos celestiales. Pero habladles con palabras que puedan entender, en parábolas de naturaleza que hablen al corazón, porque los actos deben existir primero como un deseo en el corazón despierto. De este modo, por lo tanto, pídanle a vuestro Padre Celestial, cuando el sol esté alto al mediodía: Padre Nuestro que estás en el cielo, envía a todos los Hijos de los Hombres, Tu Angel de la Paz y envía a nuestro conocimiento el Angel de la Sabiduría, para que podamos caminar en los senderos de los Grandes, quienes han visto a Dios. Entonces el Hijo del Hombre buscará paz con el reino de su Madre Tierra, porque nadie puede vivir mucho, ni ser feliz, excepto aquel que honre a su Madre Tierra y siga sus leyes. Porque vuestro aliento es su aliento, vuestra sangre su sangre, vuestros huesos sus huesos, vuestra carne su carne, vuestras entrañas sus entrañas, vuestros ojos y vuestros oídos son sus ojos y oídos. Les digo en verdad, ustedes son uno con la Madre Tierra; ella está en vosotros y vosotros en ella; de ella nacieron y en ella viven y a ella regresarán de nuevo. Es la sangre de vuestra Madre Tierra la que cae desde las nubes y fluye en los ríos; es el aliento de nuestra Madre Tierra el que susurra en las hojas del bosque y sopla con viento poderoso desde las montañas; dulce y firme es la carne de nuestra Madre Tierra en las frutas de los árboles; fuertes y firmes son los huesos de nuestra Madre Tierra en las rocas y piedras gigantes, las cuales se mantienen como centinelas de tiempos perdidos; verdaderamente somos uno con la Madre Tierra y aquel que se una a las leyes de su Madre, a él también se unirá su Madre. Pero llegará un día cuando el Hijo del Hombre volteará su car HH