ELEVANGELIO DE LOS ESENIOS | Page 121

Y Jesús no respondió, pero colocó Sus dos manos en la olla alrededor de las hojas brotadas del pasto, suavemente, como si fuera la frente de un pequeño niño. Y cerró sus ojos y alrededor de El hubo señales de Luz, resplandeciendo el sol, así como el caluroso verano hace estremecer la luz bajo un cielo despejado. Y los hermanos se arrodillaron e inclinaron sus cabezas con reverencia ante el poder del los ángeles que surgían de la figura sentada de Jesús y El permaneció sentado en silencio con sus manos cerrados como si estuviese orando alrededor de las hojas de pasto. Y nadie se dio cuenta si había pasado una hora o un año, porque el tiempo se detuvo y fue como si toda la creación hubiese retenido su aliento. Y Jesús abrió sus ojos y el aroma de las flores llenó el aire mientras Jesús hablaba: Aquí está el secreto, oh Hijos de la Luz; aquí en el humilde pasto; aquí en el lugar de reunión de la Madre Tierra y el Padre Celestial; aquí está el Torrente de Vida que dio nacimiento a toda la creación. Les digo en verdad, sólo al Hijo del Hombre le es dado esto, para que vea, escuche y palpe el Torrente de Vida que fluye entre los reinos terrestres y celestes. Colocad vuestras manos alrededor del pasto tierno del Angel de la Tierra y verán, escucharán y tocarán el poder de todos los ángeles. Y uno por uno, cada uno de los hermanos se sentó en reverencia ante el poder de los ángeles, sosteniendo en sus manos el pasto tierno. Y cada uno sintió el Torrente de Vida entrar en su cuerpo con la fuerza de un torrente precipitado después de una